Manuel Montero-El Correo
- La frase ‘los días que te quedan son una cuenta atrás’ suena a meme divertido si se aplica a un entrenador de fútbol o un futuro jubilado, pero no lo es en una pintada
Caracterizó a la izquierda abertzale despreciar, insultar y vejar a la Ertzaintza; el peyorativo ‘cipayo’ fue de uso común y servía, además, para demostrar el más implacable fanatismo. Ahora, el sempiterno líder de estos ‘sectores populares’, Otegi, nos da lecciones sobre la policía autonómica. Ha cambiado -o no- su opinión, ya no la insulta ni llama a perseguirla y nos alecciona asegurando que ha de ser «una policía de cercanía» y que todo depende del comportamiento del cuerpo. Quiere un «modelo de seguridad» y «un modelo policial» diferente. ¿’Otegi zipaio’?
Siempre ha gustado aquí proponer nuevos modelos, no tanto decir en qué consisten. Mejor seguir en la ignorancia.
Así que todo es muy confuso. ¿Cuándo cambió de opinión, por qué?, ¿cambió? ¿o todo es ruido de cencerros? Como una impresión muy difundida es que el País Vasco se asemeja cada vez más al paraíso (terrenal o celestial, aún hay dudas), esto parece con frecuencia una distopía. Por eso, para entender de qué van los nuevos discursos, tan viejos, conviene recurrir a Orwell.
«Doblepensar significa el poder, la facultad, de sostener dos opiniones contradictorias simultáneamente, dos creencias contrarias albergadas a la vez en la mente». En ‘1984’ -no ha pasado el tiempo- la mentira se convierte en verdad. El proceso ha de ser automatizado, pero «el intelectual del Partido sabe en qué dirección han de ser alterados sus recuerdos; por tanto, sabe que está trucando la realidad». ¿En esas estamos? Algo hay. Estamos en guerra y en paz.
La construcción del posterrorismo implicó que la izquierda abertzale quisiera saldar la etapa anterior, la de ETA, con victoria, puesto que nunca renunció a la violencia como medio de llegar a alguna paz, sino como una estrategia a adoptar cuando la organización terrorista estaba exánime.
Se trataba de ganar y eso exigía hacer como si el abandono hubiese sido voluntario, con lo que podría rentabilizar la cesión, sobre todo cuando hubo competencia por ver quién los blanqueaba más blanco (y más rápido).
El empeño, en esta fase ¿transitoria?, exige abandonar la retórica agresiva de los viejos tiempos, cuando la amenaza helaba la sangre de los concernidos, sobre todo porque el improperio iba acompañado de un lenguaje sibilino. «Los días que te quedan son una marcha atrás» suena a meme divertido si se aplica a un entrenador de fútbol contestado por la hinchada o es la broma al futuro jubilado. No cuando viene en forma de pintada.
El ‘aggiornamiento’ consistió en cambiar el lenguaje, adornarlo. A esta gente no le gustan las medianías, por lo que súbitamente llegó una retórica buenista sin límites. No sólo eran ya demócratas, sino los más demócratas. En esto actuaban como conversos que dan ciento y raya a los creyentes de siempre, con la diferencia que se mueven en la cosmética.
Así, por ejemplo, la movilización y ocupación de espacio social que en la Vuelta a España ha supuesto un presunto apoyo a los palestinos (¿o era a Hamás?) lo ha celebrado con entusiasmo el mentado Otegi, en funciones de oráculo de la democracia: «El País Vasco ha demostrado una vez más que es un referente mundial por los derechos, la solidaridad y la libertad de los pueblos». Lo que ha demostrado es la capacidad Batasuna de romper la convivencia. También que tal bajeza encuentra fácilmente imitadores.
Han logrado completar el chiste que se contaba para caricaturizar a los nazis, que adoptado a nuestras circunstancias podría ser: «están deteniendo a judíos, españoles y ciclistas»; «¿a los ciclistas, por qué?» era la pregunta que demostraba la lógica esperpéntica del represor. Ahora, también los ciclistas llevan lo suyo.
Doblepensar: por la convivencia pero contra la convivencia.
Menos mal que Bildu, siempre en la vanguardia, ha pactado con Podemos «abrir un nuevo ciclo político y superar el régimen del 78». Debe de ser el enésimo nuevo ciclo político que deciden abrir, por lo que no se ha convulsionado el país, y la vez tropecientas que quieren abolir la transición, que nunca les gustó. De todas formas, el uso de la expresión ‘régimen del 78’, originada en Podemos, es casi nuevo para la izquierda abertzale, que en los tiempos del te rror no nos situaba en el régimen del 78 sino en una especie de franquismo inacabable. ¿Van mejorando? Más bien practican el doblepensar. Creer y no creer. Tampoco presenta problemas de procedimiento: lo describió Orwell, cuando explicaba métodos para cambiar el pasado.
Todo sea por hacerse con un futuro.
Quizás atribuirles el ‘doblepensar’ sea ennoblecerlos, darles una pátina literaria de postín. A lo mejor se trata sólo de cinismo. Quizás alguno ha leído que según Maquiavelo «toda acción política conlleva una actitud cínica» y lo han entendido a la brava. También escribió: «Todo el mundo ve lo que aparentas ser, pero pocos perciben lo que eres». Y lo aplican literalmente.