En ETA, la idea del bloque soberanista nace del reconocimiento de su propia debilidad. Ante la incapacidad de forzar con las armas el éxito de una negociación con los Estados, ETA quiere constituir ese bloque independentista para acudir arropada a la próxima ronda, convencida de que volverá a producirse una nueva negociación.
Los dos comunicados aparecidos este fin de semana han provocado una notable confusión por la atribución inicial del primero a ETA y la rectificación posterior, escasamente convincente. No hay precedentes de la aparición de dos textos de manera tan conflictiva, pero eso no descarta la autoría común de los documentos.
La ETA del sábado hablaba vestida de paisano, en papel sin timbrar, y se dirigía fundamentalmente a los suyos, a las bases sociales de la izquierda abertzale, para dejar claro que la consigna del momento es respaldar «la lucha», sin más añadidos. No especificaba a que lucha se refería, pero todo el mundo supo que estaba hablando de la terrorista. Era un comunicado de sobrentendidos: no se decía que era ETA quien hablaba porque no hacía falta decirlo, ni hacía falta explicitar que se refería a la lucha armada. Se da por supuesto.
Quienes mejor debieron entender el mensaje fueron aquellos ex dirigentes de Batasuna que apoyaban la iniciativa de realizar un aparente desmarque de la violencia -nunca de ETA- para intentar de esa manera volver a la vida política legal antes de las elecciones de 2011. Después del pronunciamiento de la ETA del sábado ya sabemos, y sobre todo lo saben los interesados, que no se permite cuestionar la violencia ni en broma.
Quizás los dirigentes de la banda tengan todavía en la memoria el recuerdo de los miembros de Elkarri, que comenzaron «reprobando» los atentados etarras por no condenarlos y terminaron lejos de la izquierda abertzale de donde procedían.
La ETA del domingo, en cambio, hablaba con la parafernalia de las ocasiones solemnes, con la capucha de reglamento y en folios con sello oficial y con el símbolo del hacha y la serpiente. El mensaje esta vez era para los de fuera, para quienes no forman parte de la banda ni de su base social.
En este segundo escrito, ETA ratificaba en público su voluntad de continuar con las armas en la mano al tiempo que defendía la necesidad de que se unan los grupos independentistas y se comprometía a impulsar el proyecto de bloque soberanista.
La idea de este bloque nace del reconocimiento de la propia debilidad de la banda que, en un documento de diciembre pasado, admitía que la situación política actual está «dominada por la estrategia del enemigo» y que no hay condiciones para conseguir la independencia en este momento. Ante la incapacidad de forzar con las armas el éxito de una negociación con los Estados, ETA quiere constituir ese bloque independentista para acudir arropada a la próxima ronda, convencida de que volverá a producirse una nueva negociación.
Florencio Domínguez, EL CORREO, 29/9/2009