EL CORREO 09/06/14
· El líder de Unió quiere renunciar a sus cargos en la coalición y advierte con presentarse en solitario en caso de plebiscitarias
CIU lleva camino de convertirse en la primera víctima colateral del proceso soberanista emprendido por Artur Mas hace año y medio. El ‘número dos’ de la federación nacionalista y portavoz en el Congreso de los Diputados, Josep Antoni Duran Lleida, podría anunciar en breve su dimisión como secretario general de CiU y como presidente de la comisión de Asuntos Exteriores del Congreso.
La renuncia parcial sería el inicio de movimientos de mayor calado en el tablero catalán, que podrían hacer saltar por los aires la coalición que mantienen Convergència Democrática de Catalunya y Unió Democrática desde 1978. Y es que, en principio, el líder democristiano tiene intención de permanecer como presidente del grupo de CiU en Madrid hasta el final de la legislatura, momento en que pondría fin a más de diez años en el puesto. Duran no repetirá como cabeza de lista por Barcelona a las generales, pero en cambio tiene guardada una bala en la recámara para el caso de que Artur Mas convoque elecciones plebiscitarias como alternativa a la consulta y apueste de manera inequívoca por la independencia, de la mano de Esquerra.
Su advertencia es que, llegado el supuesto, Duran rompería con CiU y encabezaría una lista propia de Unió (en la correlación de fuerzas en CiU, UDC representa en torno al 25% de la federación) defendiendo un proyecto no rupturista con España y de corte confederal. El dirigente democristiano lleva meses amagando con esta idea, que la desliza en sus encuentros privados con periodistas y empresarios, aunque hasta la fecha solo era un arma para presionar a sus socios y que rebajen el órdago independentista. Sin embargo, fuentes de su partido reconocieron que, por primera vez, Duran está reflexionando sobre su papel en la federación nacionalista.
La vicepresidenta del Gobierno catalán y dirigente democristiana, Joana Ortega, dijo que aún no hay ninguna decisión tomada, pero confirmó que Duran medita dejar la secretaría general. Fuentes de la formación señalaron que se trata de una decisión personal y que hasta después del 19 de junio, día de la proclamación de Felipe VI, no habrá anuncio oficial. Desde Convergència, «perplejos», replicaron que si deja la secretaría general tendrá que abandonar la portavocía en Madrid.
Un viejo desencuentro
Las relaciones entre Duran y los dirigentes de Convergència más soberanistas, como Francesc Homs o el propio Mas, hace tiempo que son manifiestamente mejorables. Existen choques personales, pero el problema es ideológico. Duran está a favor de la consulta catalana que Mas pretende celebrar el 9 de noviembre, pero considera que Convergència ha ido demasiado lejos en su desafío secesionista. La gota que ha colmado el vaso ha sido la abstención de CiU en la votación de la ley de abdicación. El líder democristiano abogaba por votar ‘sí’ como gesto de estabilidad institucional, pero sus socios quieren marcar distancias y Duran ha tenido que ceder.
Su marcha traerá consecuencias en todos los ámbitos. El Gobierno central se quedará sin uno de los últimos puentes que le quedan en el nacionalismo catalán y se le agotará casi el último cartucho para reconducir el pulso. Sin Duran en primera línea, CiU entrará en una fase de mayor radicalidad. La ruptura de la coalición abriría también las primeras grietas en el frente soberanista. Primero se descolgó el PSC, Unió está cerca de hacerlo y en Iniciativa también hay movimientos. Si Unió se desmarca, CDC y ERC podrían ir juntas a las plebiscitarias.