Ignacio Camacho-ABC
- «En Andalucía habrá que reprogramar los tiempos. Es un error pensar en meter el segundo gol antes que el primero»
«Cómo no vamos a estar preocupados». El interlocutor es un alto cargo de la Junta andaluza con vara alta en el Palacio de San Telmo, donde el resultado de las elecciones de mañana importa casi tanto como en la calle Génova de Madrid o en el Colegio de la Asunción vallisoletano. «Hemos perdido diez puntos de intención de voto en un mes. Hasta Michavila, que no suele errar, admite que si la abstención es alta podemos quedar por debajo de los treinta escaños. En ese caso es obvio que aquí también se va a dejar sentir el impacto. Y aunque al final Mañueco logre salvar los muebles que se le están quemando es evidente que Juanma tendrá que examinar con mucho cuidado la conveniencia de un adelanto. Esas oportunidades aparentes las carga el diablo».
Hay en Sevilla temperatura y sol de primavera presentida. «En las urnas influye hasta el clima. En Andalucía el campo es tan importante o más que en Castilla y la agricultura está muy agobiada con esta sequía. Son muchos los factores a ponderar; hasta una eventual guerra en Ucrania puede tener incidencia por sus repercusiones en la economía. Efecto mariposa. Pase lo que pase el domingo, la primera lección de esta campaña es que las razones de una convocatoria anticipada hay que saber explicarlas porque la gente rechaza que la llames a votar por conveniencia táctica. En principio aquí la idea es aguantar todo lo posible, apurar este curso para intentar culminar el programa y si no nos dejan que sea porque la oposición, Vox incluido, practique una pinza de obstrucción parlamentaria. Que la responsabilidad del bloqueo quede bien clara».
«Nosotros tenemos por ahora una ventaja, y es que el presidente Moreno goza de mucha mejor valoración popular que Mañueco, lo que sumado al desplome de Cs en principio nos debe permitir crecer bastante por el centro aunque Vox se meta en un quince por ciento. Sin embargo la candidatura de Macarena Olona va a ser un dolor de muelas. Tiene perfil propio, desparpajo, soltura, y su combatividad gusta mucho a una cierta derecha. Eso podría ser una garantía si las cosas se llegasen a poner feas, pero si su bizarría moviliza a la contra el voto socialista y comunista, que sigue teniendo bastante fuerza en esta tierra, se puede convertir en un problema. Recuerda que en 2018 hubo vuelco porque se quedaron en su casa cuatrocientos mil electores habituales de la izquierda».
«En fin, que habrá que ser prudentes y estudiar muy bien el calendario. Te diría que abril queda ya prácticamente descartado. Sí, es cierto que estábamos reprogramando algunas actividades previstas para mayo, pero lo razonable parece esperar como mínimo hasta junio y aprovechar el optimismo social de los contratos de verano. Con la volatilidad política actual es muy difícil manejar los tiempos con acierto, pero al menos ahora sabemos que es un error pensar en meter el segundo gol antes que el primero…»