EL CORREO 23/12/14
· Desprecia la propuesta de entrega de armas lanzada por el Gobierno vasco al considerarla «un ataque» al proceso unilateral de la banda
La izquierda abertzale se fía más de ETA que del Gobierno vasco para llevar adelante el desarme. EH Bildu vino ayer a utilizar este argumento para desacreditar por completo la propuesta anunciada el día anterior por el gabinete de Urkullu, que emplaza a la organización terrorista a entregar su arsenal a un comité formado por miembros del Ejecutivo autonómico, el Foro Social que impulsa Lokarri y agentes internacionales.
«Mucha gente dentro de la izquierda abertzale no entiende a qué espera ETA y para qué quiere las armas»
· José Antonio Pastor, Portavoz parlamentario del PSE
«La propuesta no ayuda en nada a la disolución de la banda y revela el afán de Urkullu y Jonan Fernández por el protagonismo»
· Nerea Llanos, Secretaria general del PP vasco «
«Intentan dar un balón de oxígeno a ETA, que está prácticamente finiquitada y cuyo final no puede tener impunidad»
La coalición soberanista, único partido de la oposición que se mantiene sentado junto al PNV en la estancada ponencia parlamentaria de paz, marcó profundas distancias con la ‘vía vasca’ que proclama el lehendakari para facilitar que la banda entregue con celeridad sus armas, tres años después del cese de la violencia. La consideró un ejercicio «partidista» de «propaganda» con el que, a su juicio, el Gobierno del PNV trataría de «colocarse en medio de algo que no le corresponde». Un intento «miserable» de «atacar» el proceso «unilateral» emprendido por ETA con el apoyo de la llamada Comisión Internacional de Verificación (CIV).
EH Bildu fue el partido más crítico con la propuesta del Ejecutivo de Urkullu, que ayer insistió en la necesidad de promover un desarme «rápido» viendo el «bloqueo» actual por la falta de iniciativa de ETA y «la no colaboración» del Gobierno de Rajoy. El secretario de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, interpretó que la información difundida el domingo pasado por los verificadores «confirma el estancamiento» del proceso. En un breve comunicado, el grupo que lidera Ram Manikkalingam informó de que la banda «continúa el sellado y puesta fuera de uso operativo de sus armas», pero no aportó ninguna prueba que certifique la inutilización del arsenal.
El vídeo de febrero
El último avance se escenificó en febrero, cuando ETA difundió un vídeo en el que dos encapuchados hacían entrega de una ínfima parte de su material a Manikkalingam, acompañado por otro verificador. El supuesto inicio del desarme, considerado «totalmente insuficiente» por la mayoría de los partidos, llevó a los verificadores a tener que declarar en la Audiencia Nacional, arropados por el lehendakari. Según su propio testimonio, los terroristas volvieron a llevarse las armas inutilizadas en una caja de cartón.
Casi diez meses después, el Gobierno de Urkullu ha lanzado su propia propuesta, basada en la constitución de un comité avalado por el Parlamento vasco para gestionar el desarme. La iniciativa sólo consiguió ayer la adhesión del PNV, que destacó la «legitimidad» del Ejecutivo, y de Lokarri, que la consideró «un punto de partida».
Por el contrario, EH Bildu cargó con dureza contra el Ejecutivo por «meter presión a quien está dando pasos», en alusión a ETA, y por «intentar invalidar el trabajo» del CIV. «Urkullu ha terminado de perder por completo su credibilidad con este pueblo», advirtió la izquierda abertzale. Por su parte, el PSE emplazó al Gobierno a «dejar de enredar» con una oferta de desarme que «hace el juego a ETA» y revela el «afán protagonista» de Urkullu y Fernández. En esta línea, el PP denunció el intento del lehendakari por «colgarse una medalla» y subrayó que su iniciativa supone «un balón de oxígeno» para la banda. Por último, el parlamentario de UPyD Gorka Maneiro tildó de «patochada» la propuesta.