EL CORREO 09/04/13
· El Ejecutivo insiste en que hará un «esfuerzo serio» de consenso mientras Hacienda prepara fórmulas para afrontar la prórroga.
BILBAO. Al Gobierno vasco se le agotan las vías, por inverosímiles que fueran, para sacar adelante los Presupuestos vascos de 2013. A las anunciadas enmiendas de totalidad del PSE y UPyD se sumó ayer la que presentará EH Bildu, por partida doble, para mostrar su rechazo frontal tanto al capítulo de gastos como al de ingresos del proyecto.
Aunque la decisión de la coalición liderada por la izquierda abertzale era más bien esperada, lo cierto es que la tardanza del grupo que encabeza Laura Mintegi en anunciarla había alimentado, en ámbitos políticos y parlamentarios, más de una teoría sobre un posible golpe de efecto de última hora que permitiera al Ejecutivo aprobar el proyecto. No obstante, no ha habido sorpresas: la propia Mintegi confirmó ayer que EH Bildu no presentará una, sino dos enmiendas de totalidad al Presupuesto y pedirá, en consecuencia, su devolución.
La coalición considera que dar luz verde al proyecto económico solo serviría para consolidar una política de recortes y de austeridad «sumisa» ante las «imposiciones» del Gobierno central y de la Unión Europea. Para EH Bildu, las decisiones económicas deben tomarse «aquí», un criterio que, a su juicio, incumple el informe presentado por el Gobierno del PNV, que en su opinión tampoco sirve para «dar solución a la crisis».
Con una cuidada escenificación –en una «comparecencia informativa» frente a la delegación territorial del Departamento vasco de Empleo en Álava, tras una pancarta en la que podía leerse ‘Plan de emergencia. Frente a las políticas antisociales’–, Mintegi, acompañada por otros cargos de Bildu, reiteró una demanda similar a la que plantean los socialistas vascos. Pidió al Ejecutivo autónomo que retire el actual proyecto y presente uno nuevo tras recalcular al alza los ingresos. «No compartimos los criterios y la forma de elaboración de los Presupuestos al dejar de lado a los agentes sociales y económicos, y a la propia sociedad y sus reivindicaciones. El lehendakari y el Gobierno dicen que hay que salir de la crisis entre todos y hacen lo contrario», argumentó la portavoz abertzale.
De nuevo, EH Bildu dejó claro que su estrategia política pasa por situarse enfrente del PNV y defender un modelo socioeconómico radicalmente diferente, que coloque a la coalición como alternativa desde la izquierda a la formación jeltzale en el seno del nacionalismo vasco. Pese a que Urkullu ha insistido por activa y por pasiva en que sus Presupuestos son «los más sociales de la Historia» al dedicar más del 73% del gasto a la Educación, la Sanidad y las ayudas contra la exclusión, Mintegi sostuvo que el gabinete jeltzale «incumple su promesa» porque, de los casi 1.200 millones de euros de recorte, 711 pertenecen a estas áreas.
Una nueva ronda
El movimiento de Bildu cierra al Gobierno de Urkullu una de las pocas vías que le quedaban, aunque ciertamente poco operativa, y estrecha aún más su margen de maniobra para aprobar el Presupuesto. Todo ello, en vísperas de que el consejero de Hacienda y Finanzas, Ricardo Gatzagaetxebarria, inicie una nueva ronda de contactos para tratar de aproximar posturas con el resto de grupos parlamentarios. De todos ellos, solo el PP ha mostrado cierta disposición a facilitar la aprobación de las cuentas y ha ofrecido incluso un pacto a tres bandas con el PSE y el PNV, aunque también ha dejado abierta la puerta a presentar su propia enmienda de totalidad si la iniciativa no cuaja.
El PSE, mientras tanto, sigue haciendo pedagogía de sus razones para oponerse a las cuentas: ayer Isabel Celaá compareció para denunciar que, en lo referente al Departamento de Educación, se han cruzado «todas las líneas rojas».
Aun así, Gatzagaetxebarria insistió, en declaraciones a Radio Popular, en que él y su equipo harán «un esfuerzo serio» de consenso para recabar complicidades antes del 26 de abril, el día en que el Parlamento votará si se devuelve o no el proyecto al Gobierno, y evitar así una prórroga que, aunque técnicamente no ofrezca mayores problemas al Ejecutivo, sí supondría un serio traspiés político: el gabinete de Urkullu ofrecería, una vez más, una imagen de impotencia e incapacidad para superar el lastre de su propia debilidad parlamentaria.
«Sería una anomalía», admitió el consejero. No obstante, en el Gobierno reconocen que los técnicos de Hacienda trabajan ya en fórmulas para poder gestionar la prórroga, vía decreto, con un mínimo margen para adecuar las necesidades presupuestarias al momento actual. En lo político, las fuentes consultadas asumen que puede ser «un drama pero también una oportunidad». «Si nos obligan a hacerlo solos, el mérito será solo nuestro también», argumentan.
EL CORREO 09/04/13