EL CORREO 13/10/13
· Joseba Egibar matiza que el calendario presentado por el jefe del Ejecutivo autónomo en Estados Unidos es «orientativo».
El anuncio lanzado el viernes por Iñigo Urkullu desde Nueva York de que su Gobierno se da hasta 2020 para que Euskadi pueda ejercer el derecho a decidir fue recibido con desagrado por todas las fuerzas de la oposición. Para socialistas y populares, porque lo que tiene que hacer el lehendakari es buscar «consensos» con el resto de sensibilidades políticas; para EH Bildu, porque retrasar una hipotética consulta hasta dentro de siete años sería un «error».
Fue durante una conferencia en la Universidad de Columbia, con Juan José Ibarretxe de anfitrión, cuando Urkullu fijo la fecha de 2020. El calendario que se había manejado hasta ahora aludía a 2015 o 2016. «Tenemos derecho a negociar un nuevo estatuto de relación política con el Estado español», dijo el lehendakari.
«Lo trascendental son los consensos que alcancemos aquí; me preocupa muy poco si es el 2015 o el 2020, es sólo una aspiración nacionalista que nosotros no compartimos», matizó José Antonio Pastor. El portavoz parlamentario del PSE consideró «una mala idea mezclar en la misma cazuela la paz, estatutos políticos y derecho a decidir, esos camuflajes que usan los nacionalistas para hablar del derecho de autodeterminación».
En términos no muy diferentes se expresó la parlamentaria del PP Laura Garrido. La representante popular sostuvo que al tomar posesión de su cargo como lehendakari presentaba una «cara» muy diferente a la actual, más pragmática, vino a decir.
«Buscar consensos»
«Se le va viendo la patita. Lamento que esté planteando desempolvar iniciativas viejas y caducas que ya vimos dónde nos llevaron, como el plan Ibarretxe. No caben consultas, los vascos hemos decidido muchas veces», afirmó Garrido, quien dejó claro que la propuesta de su partido es «buscar consensos», no una «fórmula caduca que abre el melón de la incertidumbre porque, como lehendakari, hay que huir de fórmulas que puedan desestabilizar».
La propuesta también fue zarandeada desde EH Bildu, aunque por motivos diferentes, por demorar demasiado en el tiempo la consulta. Una estrategia con la que el lehendakari buscaría «ocho años de tranquilidad, ocho años en los que nadie le exija nada», según señaló el parlamentario de la coalición soberanista y secretario general de Eusko Alkartasuna, Pello Urizar. A su juicio, la decisión de Urkullu de «trasladar cinco años más tarde» –desde 2015 a 2020– la «resolución del conflicto» es un «error». Urizar, incluso, censuró que el lehendakari hiciera su anuncio desde Nueva York. «No sé si la siguiente propuesta la va a realizar desde Pekín», añadió.
«Marco temporal»
En todo caso, habrá que ver hasta dónde alcanza la hoja de ruta de Urkullu. Desde su propio partido, Joseba Egibar se encargó de recordar que el calendario propuesto por el lehendakari es «orientativo» y subrayó que la última palabra la tendrá el Parlamento, que tiene «su propia labor» y función. Lo que ha hecho Urkullu, según el portavoz del PNV, es ofrecer un «marco temporal» para que se pueda situar «nuestro esfuerzo y nuestro trabajo».
Egibar, en todo caso, salió en defensa del plan de paz elaborado por el Gobierno vasco, un documento que definió como «muy completo y comprometido». Egibar no cree que tenga «grandes lagunas» y añadió que, conociendo la actitud del lehendakari y de Jonan Fernández, que ha dirigido estos trabajos, será posible «la asunción de aportaciones que mejoren y consoliden ese plan».
EL CORREO 13/10/13