ARCADI ESPADA, EL MUNDO – 09/09/14
· Las personas que se toman en serio el cuento de la vida sufrieron una grave quiebra moral la noche de 12 de marzo de 2004 cuando un numeroso grupo de ciudadanos llamó asesino al presidente Aznar y lo responsabilizó de los 191 crímenes yihadistas. Si la vida fuera tan en serio como la literatura y desplegara solemne sus causas, sus metáforas y su sentido yo escribiría que aquella noche se produjo una degeneración de la vida moral española que aún dura.
Pero no hay que forzar el sentido para saber que aquella noche, la humillación y la derrota electoral que luego advino, acuchillaron el corazón de la derecha española. Hay motivo, así, para comprender que el presidente Rajoy se haya puesto de perfil ante los planes de destrucción del Estado Islámico. Pero no solo hay razones de tipo orgánico. Si el no a la guerra estuvo ya entonces infectado por la demagogia más sórdida y oportunista no hay que pensar demasiado qué sucedería ahora con la pintoresca línea de tertulias televisivas diseñada por las primeras empresas mediáticas del país. Luego hay este asunto prodigioso de la encuesta del Cis, que cifra en un 16% el número de españoles dispuestos a jugárselas por España.
Es probable que el ignaro 84% restante considere que una cosa es España y otra la libertad y el nivel de vida de que disfrutan. ¡Hay gente que segrega mucho en España! Pero, en fin, no parece hombre el presidente Rajoy de contrariar a las cachazudas mayorías sociales, yendo a la guerra papi. Otra línea de comprensión es la económica. Hace años el historiador Gabriel Cardona llamó a aquel ejército franquista El gigante descalzo. Sin zapatos fue capaz de desplegar en el desierto, cuando la Marcha Verde, una división completa. Hoy sigue descalzo, pero es un enano: su presupuesto es el 0’9 del PIB, el más bajo de la OTAN. Ignacio Cembrero ha subrayado aquí mismo la preocupación diplomática española por lo que suceda El Sahel. Desde luego: El Sahel es el frente de España. Pero lo que allí ocurra está relacionado con el Estado Islámico.
Los ojos de los nuevos almohades y almorávides observan atentamente la reacción occidental. Es probable que el enano descalzo no pueda atender a la coalición y conservar su capacidad de actuar en El Sahel. Pero si no participa en la coalición, donde sí están Francia y Alemania, los otrora disidentes, ¿quién querrá ayudar a España cuando el incendio se le acerque?
Y otro será el día del relato moral y los cuellos degollados.