Mikel Buesa-La Razón
- Los españoles tendemos a olvidar, pero el 11-M aún nos reclama
Dos décadas después de los atentados del 11-M, Fernando Reinares –que sin duda es el mejor de nuestros expertos académicos sobre el tema– publica un nuevo libro en el que, con profusión de detalles y documentación, sostiene que pudieron evitarse. Retoma así algo que ya había mencionado en su anterior obra acerca de este asunto, aunque ahora lo hace con una solidez mayor, despejando cualquier duda que pudiera suscitarse. Su planteamiento señala que las acciones terroristas sólo son posibles si hay hombres capacitados y decididos a realizarlas y si el sistema de seguridad del que se ha dotado la sociedad falla o es insuficiente ante ellos. Es a esto último a lo que el autor dedica su obra.
¿Qué es lo que falló en el 11-M? Pues prácticamente todo. España contaba en aquel momento con un excelente sistema de seguridad antiterrorista orientado hacia ETA, pero no tanto hacia el yihadismo. Había unidades de la Policía Nacional y de la Guardia Civil dedicadas a éste, que incluso conocían a buena parte de los que formaron la célula de Al-Qaeda responsable de la matanza, pero estaban descoordinadas entre sí y desconfiaban unas de otras. Además, su experiencia no les hacía prever la posibilidad de unos atentados en los que esa organización terrorista se vengara del desmantelamiento de la célula de Abu Dahdah en la Operación Dátil. Asimismo, en el CNI se prestaba poca atención a la amenaza islamista. Falló también la cooperación policial con Marruecos, Turquía, Francia, Bélgica y el Reino Unido. Y a ello se añadió una legislación penal inadecuada para tratar los procesos de adoctrinamiento y radicalización yihadista, que también excluía la posibilidad de condenar por pertenencia a banda terrorista a los miembros de organizaciones que no atentaban en el territorio nacional. Y falló, en fin, una sociedad que no percibía la amenaza yihadista y el riesgo de tolerar a las comunidades musulmanas que ofrecieron a los terroristas del 11-M un entorno permisivo para prepararse. Todo esto ha sido ya superado, pero ello no quita para que, como hace Reinares, deba abordarse «una reflexión nacional seria y rigurosa» sobre aquellos acontecimientos que hoy consideramos lejanos. Los españoles tendemos a olvidar, pero el 11-M aún nos reclama.