El Gobierno no espera más de 30.000 personas en las 18 columnas que se manifestarán mañana en Madrid
El 15M se enfrenta a su mayor prueba de fuego hasta la fecha. Será el 19-J, mañana, en Madrid. Las dos principales plataformas de ‘indignados’, Democracia Real y la Coordinadora de Barrios y Pueblos en Lucha, pretenden que decenas de miles de personas marchen en 18 columnas simultáneas desde varios puntos de la comunidad hasta confluir ante el Congreso de los Diputados. El reto de los ‘indignados’ es doble: demostrar en la calle que el movimiento no ha perdido fuerza una vez pasadas las elecciones, y recuperar reconocimiento social tras la mala imagen causada en los altercados en Valencia y Barcelona.
Los convocantes insisten a través de todo tipo de foros y redes sociales en el carácter pacífico de la multiconvocatoria, y confían en que la atmósfera sea la misma que ha reinado durante el último mes en Madrid. En las manifestaciones, concentraciones y acampadas, pese a ser masivas, no se produjeron incidentes ni cargas policiales. Ni siquiera cuando varias miles de personas, sin previo aviso y sin autorización, se congregaron el 9 de junio frente al Congreso.
En esta ocasión, las 18 columnas tienen permiso para marchar por Madrid y unirse todas tras el lema ‘Contra la crisis, el capital y los recortes sociales y capitales’ a partir de las 13.30 horas en la plaza de Cánovas del Castillo, bajo la estatua de Neptuno y a unos 200 metros del Congreso. Según informaron mandos del despliegue policial, se ha permitido la protesta porque el domingo no hay sesiones en el Congreso y, por tanto, no hay problema legal para que las manifestaciones ocupen la carrera de San Jerónimo aunque sea durante horas. Los agentes han recibido la orden de no actuar si no se producen altercados, ataques o intentos de asalto al recinto legislativo que, no obstante, estará muy protegido.
El Ministerio del Interior no hará un gran despliegue. De acuerdo a la información que maneja, la convocatoria parece haber perdido fuelle. Los cálculos policiales apuntan a que podrían concentrarse entre 20.000 y 30.000 personas, lo que sería una manifestación de mediana envergadura. Otros expertos en seguridad apuntan a que estas estimaciones son «muy a la baja», y el Ayuntamiento tampoco comparte la previsión; ayer ya pidió a sus ciudadanos que mañana no circulen en coche ante la posibilidad de un gran atasco.
También en otras ciudades
Sea como fuere, el departamento que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba ha decidido no pedir refuerzos a otras provincias, que tienen que responder a sus propias convocatorias de ‘indignados’, y gestionará la protesta solo con las unidades de Intervención Policial (UIP, antidisturbios) con base en Madrid. Las marchas serán controladas por seis grupos de UIP, unos 300 agentes apoyados por las policías municipales de las localidades por las que pasen las columnas y por algunos efectivos de la Guardia Civil. Una vez en la ciudad, Interior desplegará apenas nueve grupos de antidisturbios, no más de 450 agentes, un dispositivo modesto comparado con otras grandes protestas o eventos deportivos.
Rubalcaba insistió ayer en que la Policía actuará con «prudencia» si la iniciativa se desarrolla pacíficamente, pero si «hay alguien que lo quiere hacer mal», recurrirá a la «firmeza». El vicepresidente tiene sobre su mesa algunos informes policiales que apuntan a la posibilidad de que grupos antisistema y violentos intenten infiltrarse entre los manifestantes para provocar incidentes.
El precedente de Barcelona y el sitio al Parlament, este pasado miércoles, no es precisamente tranquilizador. Los siete detenidos en los altercados están ya en libertad con cargos por desobediencia, resistencia a la autoridad y daños, pero no por impedir por la fuerza el acceso de los parlamentarios a la Cámara. De momento no se ha podido comprobar que participaran en el bloqueo, informa Cristian Reino.
Los jóvenes ‘indignados’ del colectivo Acampada BCN se desmarcaron ayer de nuevo de los violentos en una rueda de prensa, lamentaron haber sido asociados con la kale borroka por Artur Mas y arremetieron contra la consejería de Interior. Según su versión, el miércoles preparó un dispositivo policial insuficiente para así dejar margen a los incidentes y poder criminalizar al colectivo.
EL CORREO, 18/6/11