DIARIO VASCO, 20/6/12
El lehendakari y el ministro de Interior recuerdan en Barcelona la mayor masacre cometida por ETA
Una fecha triste, la del vigesimoquinto aniversario del atentado de Hipercor, en el que ETA asesinó a 21 personas, cuatro de ellas niños, sirvió ayer para que los gobiernos central y vasco se unieran para tributar gestos especiales de reconocimiento hacia las víctimas del terrorismo.
El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, y el lehendakari Patxi López, encabezaron la delegación institucional en Barcelona. El Ejecutivo central, por medio del ministro de Interior, admitió que el Estado ha reconocido «tarde» el sufrimiento de quienes han sufrido el zarpazo del terrorismo y lamentó que hayan tenido que pasar años para que cobren una indemnización y obtener el reconocimiento social. López, por su parte, apeló a la memoria de las víctimas y recordó que «si olvidamos, no habrá sucedido y el asesino dejará de serlo». Junto al lehendakari acudieron el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, y el comisionado para la paz y la convivencia, Jesús Loza.
Fernández entregó 40 encomiendas a heridos víctimas de atentados, así como 17 grandes cruces a familiares de fallecidos en actos terroristas. «Hoy hemos visto uno de los actos más emotivos y significativos de nuestra historia porque hemos visto encarnado el dolor que causa el terrorismo etarra», dijo el ministro.
A su juicio, las víctimas de ETA tienen razón en sentirse olvidadas porque durante muchos años han vivido entre «el anonimato y el desprecio». Un reconocimiento tardío, pero como señaló la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT), «más vale tarde que nunca». «Mi hijo murió hace once años y por fin tiene una distinción», según señaló Santos Santamaría, miembro de la asociación y que ha participado en una iniciativa junto a víctimas de ETA, los GAL, el Batallón Vasco Español y abusos policiales, desvelada el pasado sábado en Donostia. «Si el calor de la sociedad no ha llegado antes ha sido porque la propia sociedad ha sido muy cobarde. Todo el mundo ha tratado de hacer su vida y sentirse afortunado si las bombas no le atrapaban», apuntó.
Aun así, Santamaría agradeció el gesto del Ejecutivo y sobre todo el del Gobierno Vasco, que en boca del lehendakari, pidió a las víctimas «colaboración y ayuda» para que el olvido no cubra lo sucedido en el pasado y por tanto se pueda construir una sociedad futura basada en la verdad, la justicia y la democracia. López, ante el monumento dedicado a los muertos y heridos en Hipercor, hizo una encendida defensa de la memoria de las víctimas, ésas que han tenido que soportar «desprecios, silencios largos y olvidos eternos», y que son un «referente moral» de la sociedad. «Hemos cruzado la frontera del pasado. Ahora tenemos que hacer irreversible el fin del terrorismo y ganar la convivencia», añadió el responsable del Ejecutivo de Vitoria.
Agradecimiento a Euskadi
«Por primera vez ha venido un lehendakari a este acto», celebró Santamaría. «Han pasado 25 años y hasta la fecha, relató, sólo había venido en una ocasión, pero mediante una carta, enviada por Juan José Ibarretxe, en la que nos pidió perdón en nombre de los vascos por los atentados cometidos falsamente en nombre del pueblo vasco». «Guardamos esa carta como oro en paño», señaló entre lágrimas, como las que derramaron los familiares que depositaron una rosa blanca ante el monumento levantado a sus seres queridos. «Nos estarán viendo desde arriba», expresó entre sollozos una mujer. Ella y las víctimas, representadas por el presidente de la ACVOT, José Vargas, reclamaron que no haya privilegios penitenciarios para los etarras y que ningún delito de terrorismo quede impune. Exigieron además que nunca se olvide la «ferocidad y ensañamiento» de ETA y pidieron que a los terroristas se les siga llamando «asesinos» y no «victimarios».
El ministro, horas antes, había mostrado la cara más enérgica del Gobierno para apaciguar el malestar existente entre sectores del colectivo de víctimas tanto por los encuentros que algunos de los suyos mantienen en la cárcel con terroristas, como sobre todo por el plan integral de reinserción del Ejecutivo de Mariano. «El Gobierno no ha negociado, ni negocia ni jamás negociará con ETA y evidentemente exige su disolución incondicional», afirmó el ministro, quien recordó que este año se ha detenido a once miembros de la banda.
Fernández quiso dejar claro que al margen de ese plan integral no habrá más beneficios penitenciarios que la reinserción individualizada que contempla la legislación. También el lehendakari rechazó las exigencias de la izquierda abertzale y descartó de plano una «salida colectiva» de presos. «No es ni será el camino», remató.
DIARIO VASCO, 20/6/12