EL MUNDO 31/01/14
· El PP lanzó su campaña en Cataluña tras un sondeo sobre las dudas en torno a la secesión
El porcentaje de los catalanes que apoyan la independencia de Cataluña incluso sin garantía de continuar en la Unión Europea se limita al 35%, según una encuesta interna en poder del Partido Popular. «Vemos en nuestra encuesta que el apoyo a la independencia se hunde si no se continúa en la UE, que es justamente lo que pasaría si hubiera secesión», afirmaron ayer a EL MUNDO altas fuentes del PP.
Otro dato relevante, según las fuentes consultadas de esta encuesta que el PP no ha hecho pública, es que el 67% de los catalanes asegura no disponer de información suficiente como para respaldar la independencia.
Es justamente este resultado del sondeo uno de los factores para que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, pronunciara el pasado viernes su discurso en Barcelona basado en que «los catalanes tienen derecho a saber». «Los órdagos de Mas reflejan una inconmensurable incapacidad para gobernar y son irrealidades más próximas a las historias de ficción que a las historias de futuro de los catalanes y de todos los españoles (…) La historia se escribe trabajando sobre realidades y no sobre quimeras en las que gasta además mucho dinero», aseguró la secretaria general del partido. «Nosotros no vamos a consentir que se engañe a los catalanes», añadió.
Fuentes próximas a la dirección del PP aseguran que la estrategia derivada de la encuesta consiste en no alimentar la carga emocional del debate y, en cambio, «llamar a la racionalidad». En este sentido, ven clave que los catalanes continúen percibiendo que existe un vacío internacional a la Generalitat de Cataluña y a cualquier planteamiento independentista. El gran éxito nacionalista hasta ahora ha sido el apoyo a la consulta del Partido de los Liberales europeos, del que forma parte el primer ministro holandés, Mark Rütte, aunque éste se desmarca en público de su formación política y sostiene que es «un asunto interno de España». Coincide así con el resto de líderes europeos.
Consciente del resultado de la encuesta interna, el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, resaltó en su discurso en Barcelona el pasado sábado que los dirigentes independentistas «diseñan un futuro idílico, en el que todo sale bien y los inconvenientes no aparecen ni siquiera en la letra pequeña». «Ni siquiera citan la evidencia de que Cataluña sería más pobre. Que saldría de Europa sine die, y lo mismo se podría decir del resto de organismos internacionales o del euro…», afirmó el presidente.
En la víspera, Cospedal había criticado la «precariedad» a la que Mas quiere llevar a su comunidad, porque la Cataluña independiente y separada que plantea «nacería en quiebra». La estrategia del PP pasa por incidir en los perjuicios que provocaría la secesión y que incluyen que «Cataluña sería incapaz de absorber el enorme déficit que tiene, tendría muy complicado pagar a los funcionarios y le faltaría liquidez para abonar las facturas de los hospitales y colegios públicos». En la dirección del PP insisten en que el acuerdo de fondo con el PSOE se ciñe a no permitir la consulta que plantea la Generalitat, pero no hay pacto sobre la estrategia de explicar a los catalanes los perjuicios de la secesión.
Por otra parte, el ministro de Economía, Luis de Guindos, confirmó ayer en la Cope que había mantenido conversaciones sobre la cuestión de Cataluña con agencias internacionales de calificación de solvencia y con inversores institucionales. Tal y como informó este diario el pasado domingo, De Guindos mantuvo reuniones con responsables de Moody’s y Fitch el pasado día 20 en Londres y con los de DBRS el 21 en Nueva York, con el mensaje de que no deben dar credibilidad al proceso soberanista catalán a la hora de calibrar la solvencia del Reino de España.
El ministro subrayó ayer la imposibilidad de que un territorio de la Unión Europea se independice porque «llevaría a una situación mucho peor». Además, justificó que «la separación de la economía catalana del resto de España es imposible (…) está absolutamente implicada en la economía española».