EL CORREO 19/06/14
· La viuda del exedil del PSE asegura que cuando vio ayer a Aginagalde no sintió «odio» y que su único objetivo es que se «haga justicia»
El etarra Beñat Aginagalde Ugartemendia, acusado de asesinar al exconcejal socialista de Mondragón Isaías Carrasco, aseguró ayer en el juicio que el día del atentado estuvo haciendo un examen de anatomía patológica en la Facultad de Medicina de la UPV en San Sebastián, y que después le recogió una amiga y se fueron a comer a un bar de Hernani. Según explicó, se enteró del asesinato a través de un «avance informativo» que vio en la televisión del establecimiento. Sin embargo, hay testigos que le identificaron como el autor del crimen.
Isaías Carrasco fue asesinado el 7 de marzo de 2008, último día de la campaña para las elecciones generales de ese año. Casado y con tres hijos, tenía 46 años y entre 2003 y 2007 había sido concejal del PSE-EE. Sobre las 13.35 se disponía a arrancar el coche para acudir a su puesto de trabajo en el peaje de la autopista en Bergara, cuando un pistolero le disparó cinco tiros a través del parabrisas. Una hora después murió en el hospital del Alto Deba, en la localidad guipuzcoana.
Por este asesinato se sentó ayer en el banquillo de los acusados en la Audiencia Nacional Beñat Aginagalde, hernaniarra de 29 años. El etarra –al que se le imputa también la muerte del empresario Inaxio Uria, un intento de atentado contra la Ertzaintza en un repetidor del monte Santa Bárbara en Hernani y la explosión de sendos artefactos en la sede del PSE de Lazkao y contra el Palacio de Justicia de Tolosa– evitó ayer en todo momento cruzar su mirada con las de la mujer de Carrasco y su hija Sandra, que explicaron cómo desde el día del atentado han necesitado tratamiento psicológico. Durante la vista estuvieron acompañadas por una delegación de los socialistas guipuzcoanos encabezada por su secretario general, Iñaki Arriola, además de otras víctimas como Pilar Manjón, de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo.
«Ha sido muy duro», confesó Marian Romero en conversación con este periódico. La viuda del exedil aseguró que cuando vio a Aginagalde no sintió «odio». «En realidad no he sentido nada porque venía preparada para lo que me podía encontrar», añadió la mujer de Carrasco, quien insistió: «No le deseo nada malo, solo que se haga justicia». «De lo malo, malo, va a poder abrazar a su madre, va a poder recibir visitas en la cárcel. Pero Isaías ya no va a volver y ni yo ni mis hijos vamos a poder volver a abrazarle».
El fiscal pide para Aginagalde 32 años de prisión por asesinato terrorista, tenencia de armas de fuego y daños terroristas. En el juicio testificaron en su favor la amiga con la que supuestamente comió el día del atentado y un compañero de facultad con el que coincidió en el examen, si bien no recordaba la fecha exacta.