Juan Abreu-Vozpópuli

¿Por qué Sánchez se obstina en destruir la industria nuclear española mientras compra energía nuclear a Francia?

Sufrí el apagón eléctrico y telefónico como todo el mundo, y después que terminé de pensar groserías de Sánchez y el sanchismo, y ya de paso dedicar un rato, por puro goce personal, a insultar a Patxi López, que me parece uno de los políticos españoles más repugnantes ¡y en España hay donde escoger!, ya más sosegado, llegué a la conclusión, aterradora por demás, de que lo del apagón era sencillamente un paso adelante más en el roñoso camino de la Revolución sanchista.

Como he explicado, recurriendo a experiencias personales irrefutables, en mis memorias Debajo de la mesa, recién publicadas por la editorial Ladera Norte, las revoluciones socialistas y comunistas, no olvidemos que el gobierno español está lleno de comunistas, se caracterizan por liberarnos de todo lo que un ser humano que tenga la suerte de vivir en un país democrático, es decir capitalista, tiene por normales. Durante ese  proceso “revolucionario” se va “liberando” a los ciudadanos de las cosas que hacen su vida más humana, placentera y civilizada (véase mi caso, por ejemplo: la Revolución fidelista me liberó del papel sanitario y no volví a verlo hasta que escapé de Cuba y llegué a Miami): digamos la electricidad. El caso de la Revolución sanchista tiene sus propias características, como es lógico, tratándose de un país europeo y del llamado Primer Mundo (¿se dice así todavía?), pero los síntomas comienzan a notarse y esto del apagón es un lúgubre presagio a mi modo de ver.

A estas acémilas lo único que importa es conservar el Poder y los grandes sueldos y prebendas que premian su sumisión y las bajezas y humillaciones que están dispuestos a asumir para mantener el cargo

La liberación de las cosas en los procesos revolucionarios socialistas y comunistas se debe a dos razones fundamentales: una es el carácter inoperante de estas revoluciones para cualquier cosa que no sea conservar el Poder, y dos, en que esa liberación implica un reordenamiento del modo de vida de los ciudadanos libres para que en vez de concentrarse en derrocar  a la Revolución, responsable de sus males, se concentren en sobrevivir a la “liberación” (léase desaparición) de las cosas y los servicios fundamentales como la electricidad, que impone la Revolución. Es un plan siniestro e inhumano pero así son las Revoluciones Socialistas y Comunistas. Puedo asegurarlo, con conocimiento de causa. Padecí una de ellas durante veintiocho años.

Téngase en cuenta que al llegar el Líder Revolucionario y su Ideología al Poder, los principales cargos gestores de un país van a parar a manos de sus cómplices, esbirros y lacayos que,  amén de compartir la ideología del Jefe, suelen ser unos ineptos y unos seborucos o semiñocos (sumos imbéciles, en jerga cubana) o para decirlo en el gran idioma español, verdaderas acémilas. A estas acémilas lo único que importa es conservar el Poder y los grandes sueldos y prebendas que premian su sumisión y las bajezas y humillaciones que están dispuestos a asumir para mantener el cargo. Patxi López es el ejemplo perfecto de este tipo de individuo o individua. Qué hombre más abyecto.

Confiar en Europa

El interés de los ciudadanos se convierte en un lastre para estos revolucionarios que en muchos casos se hacen ricos durante el proceso de “Liberación” que, para colmo de males, nunca se sabe cuánto durará. Cosa lógica, si se mira de cierta manera, porque el objetivo final de estas Revoluciones socialistas y comunistas es llevarnos a un futuro luminoso e igualitario (qué asquerosa y reaccionaria palabra) que siempre está en el futuro. Y ese futuro suele estar lejos. Muy lejos. Remoto.

Son peones del Jefe, incompetentes aupados por su servilismo, chupópteros profesionales, lameculos y devotas perinolas del Sacrosanto Partido, que carecen de los conocimientos requeridos para hacer un trabajo eficaz y responsable (digamos la señora Apagón Corredor)

Como ya dije, la Revolución Socialista y Comunista sanchista tiene sus propias características, dadas las circunstancias históricas y geográficas en las que tiene lugar, pero yo no confiaría mucho (o nada) en la capacidad de una UE comandada por Úrsula von der Pony para frenar u oponerse a una Revolución Socialista y Comunista sanchista, dispuesta a todo por conservar el Poder.

Veo el gran apagón español como un primer paso en la Liberación de productos y servicios que caracteriza a las Revoluciones Socialistas y Comunistas. Si se piensa bien, tiene lógica que así sea. Si al mando lo que hay son peones del Jefe, incompetentes aupados por su servilismo, chupópteros profesionales, lameculos y devotas perinolas del Sacrosanto Partido, que carecen de los conocimientos requeridos para hacer un trabajo eficaz y responsable (digamos la señora Apagón Corredor), qué se ha de esperar, lo peor, naturalmente.

Ah, y una última cosa, las Revoluciones Socialistas y Comunistas se caracterizan además por hacer la guerra a todo lo que funciona, en el caso de la Revolución Sanchista y Comunista española: a la energía nuclear. ¿Por qué Sánchez se obstina en destruir la industria nuclear española mientras compra energía nuclear a Francia? ¿Pura estupidez? ¿Negocios?; con el nivel de corrupción que caracteriza el Gobierno Revolucionario de Sánchez no hay que descartarlo.

Ya sé que al leer esto algunos pensarán que me tomo un asunto muy serio a relajo. Pero. ¿No es el Gobierno de Sánchez y su gestión, en todo sentido, un descomunal relajo?