José Alejandro Vara-Vozpópuli
- La corrupción no penaliza pero la bragueta sí. Un horizonte de derrotas electorales anticipan el hundimiento del sanchismo
En tiempo de Adviento, a Pedro le toca apechugar con su particular cuaresma, con el viacrucis de las mordidas y la bragueta. Todo en su entorno se hunde. El descomunal catacrack está próximo y viene con estruendo de rejas, con un tufo carcelario y música de Nino Rota. El Padrino IV. Una banda de sátiros y facinerosos, extraídos de un lupanar orillero y patibulario, se apoderó de un partido amoral y golpista y asaltó el Ejecutivo de la nación sin que uno siquiera de sus correligionarios y militantes abriera la boca. Tan sólo el lamento impostado de Felipón y los aspavientos falsos de don Page. Menuda cuadrilla.
Intentan ahora disimular el berrido calentorro de esta piara de obsexos, gente principal que perseguía a las compañeritas por las casas del pueblo y los despachos monclovitas. Han sacado en procesión a la madre superiora de la cofradía del acoso, a Rebeca Torró, secretaria de Organización tras el encarcelamiento de Cerdán, e íntimamente relacionada con Paco Salazar, quien encabezaba a la manada del ludibrio y a quien la madama protegió durante cinco meses mediante un absoluto desprecio a las quejas de las perseguidas, que en todo este tiempo no atinaron a encontrar una comisaría para interponer la correspondiente denuncia.
¿La corrupción no penaliza?
Van cayendo conforme emergen nuevos casos y más nombres de los rijosos y se va desvelando la dimensión de la lascivia de ese partido de puteros y chorizos, como clamaba una diputada andaluza que se conoce que tampoco se enteró de nada hasta anteayer. Dicen en el PSOE que la corrupción no les hace mella electoralmente, que no le penaliza, total, todo el mundo tiene asumido que llegaron al Gobierno para robar, pero ojo, que las embestidas sexuales son otra cosa, el desmadre de la entrepierna no se perdona. Soy feminista porque soy socialista. Os vais a enterar. La banda de la bragueta está a dos centímetros de dinamitar el sanchismo. Esta no se le esperaban, confiesan en privado en el ala oeste, aunque Almudena Lastra se lo contó a Carmen Calvo, menudo ejemplo, y hasta a Begoña, hace años, según parece. Fue cuando se conocieron los primeros síntomas de las Jessicas y demás queridas de Ábalos, el pionero de la movida de los machorros. Ah, la sororidad, cuantas trolas se perpetran en tu nombre.
Sánchez tiene prisa. Quiere resolver el asunto esta semana porque el 21 arranca el ciclo electoral con la primera parada en Extremadura, donde el PP presenta a una mujer de candidata, María Guardiola, actual presidenta, feminista de verdad y con creciente tirón en la calle. El fracaso del candidato Gallardo, el enchufador y protector del hermanísimo, será tan descomunal que por las zahúrdas del PSOE ya se detecta un movimiento general de quemas de carnés y negacionismo de la causa. ¿Yo socialista, cree que estoy loco, esos machirulos? Extremadura, bastión tradicional y correoso del socialismo, junto a Andalucía, sufrirá la primera derrota electoral de su historia ya que ni Monago ni Guardiola se impusieron en las urnas pese a llegar al poder.