LIBERTAD DIGITAL, 16/11/11
Su defensa pide que se invalide la muestra de ADN por el «riesgo alto de condenar un inocente».
El supuesto terrorista de ETA Gurutz Aguirresarobe, acusado de matar al jefe de la Policía Municipal de Andoain (Guipúzcoa) Joseba Pagazaurtundua en 2003, ha reconocido el sufrimiento soportado por la familia del agente fallecido pero también ha recordado que sus parientes han sufrido «una injusticia» desde que fue detenido en 2010. «Yo soy al cien por cien, sin estadísticas, inocente y si me cae algún marrón o si me condenan, un inocente va a seguir en prisión y un culpable va a estar fuera de la cárcel», ha declarado.
Así se ha expresado Aguirresarobe en el turno de última palabra celebrado en el juicio en el que se enfrenta a una pena de 48 años de cárcel por el asesinato del sargento Pagazaurtundua cometido en febrero de 2003 en el bar Daytona de Andoain.
«He estado estos días pensando y después de oír todo lo que ha pasado en el juicio tenía ganas de decir unas cosas», ha comenzado el acusado, que, aunque ha admitido ser consciente de que la familia de Pagaza «está sufriendo», ha precisado que su mujer, sus padres y todos sus allegados también están soportando «una injusticia» desde que fue detenido siendo «inocente».
«Yo siempre he dicho que a este juicio voy a venir a decir la verdad y que salga lo que salga», ha proseguido el acusado, para después reconocer que no recordaba dónde se encontraba el día del asesinato pero que ha rechazado «traer falsos testimonios» a la vista. «Si no se puede comprobar una cosa no se comprueba y listo», ha apostillado.
Aguirresarobe ha señalado que ha «estado mirando todo» junto a sus allegados para averiguar si aquel 8 de febrero de 2003 jugó un partido de rugby pero sus indagaciones culminaron sin éxito. En este sentido, se pronunció el lunes al indicar que removió «cielo y tierra» para intentar saber qué hizo esa fecha.
«Riesgo alto de condenar a un inocente»
Su defensa ha solicitado a la Audiencia Nacional que absuelva a su cliente y que no valore la muestra de ADN extraída de la taza de café que el autor del crimen consumió antes de disparar y que constituye la prueba «nuclear» contra el acusado. «El riesgo de condenar a un inocente es muy alto», ha advertido.
Así lo ha reclamado en el juicio, que ha quedado visto para sentencia, que sigue la Sección Tercera de la Sala de lo Penal por el asesinato del sargento cometido el 8 de febrero de 2003. Aquel día la víctima se sentó como todas las mañanas en una mesa del bar Daytona de Andoain desde la que gozaba de mejor ángulo de visión sobre la puerta de entrada.
Su asesino le estaba esperando sentado en un taburete de la barra y tras beber un café con leche –que no llegó a pagar– se aproximó al jefe de la Policía Local y le descerrajó cuatro tiros, lo que provocó su muerte horas más tarde en el Hospital Nuestra Señora de Aranzazu. El atentado fue reivindicado por ETA mediante un comunicado recogido en los diarios Gara, Deia y el Diario Vasco el 19 de marzo de 2003.
El AND encontrado en la taza de café que bebió el asesino coincidió con el material genético extraído de una botella de agua mineral que consumió Aguirresarobe en un bar de Irún y con la hallada en otra botella que mandó analizar el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska tras tomarle declaración.
En primer lugar, el abogado defensor José María Elosúa, ex parlamentario de HB, ha advertido de los «grandes defectos» de los que adolece la cadena de custodia de la taza de café, a la que pudieron acceder un total de 13 personas –entre clientes del bar, facultativos médicos y ertzainas– hasta que el recipiente fue derivado dos días después para su análisis genético.
De este modo, ha precisado que no cuestiona que el rastro genético corresponda a Aguirresarobe sino la validez de la cadena de custodia de esta evidencia, que pasó por «varias manos» y que, en consecuencia, se ha visto «fracturada». Además, ha recordado que varios peritos han reconocido durante la vista que la muestra biológica hallada en la taza es «mínima».
«Estadísticamente, hay cuatro personas que tienen los mismos marcadores que se obtuvieron en la taza», ha expuesto, para advertir al tribunal de que si condena a Aguirresarobe «tiene una probabilidad sobre cuatro de condenar al verdadero culpable». «El riesgo de condenar a un inocente es muy alto», ha remachado.
Descripción física no coincidente
Aunque ha centrado gran parte de su intervención en refutar esta prueba, el letrado también ha asegurado que el acusado no guarda relación con ETA mientras que ha expuesto que ningún testigo le identificó como el autor del crimen.
Según ha indicado, los clientes del establecimiento hablaron de una persona delgada, con gafas y que consumió un café con leche antes de perpetrar el asesinato, mientras que Aguirresarobe en aquel momento tenía «michelines», «la vista perfecta» y no bebe café porque le «sienta mal». «Aguirresarobe no es el autor de los hechos y no tiene nada que ver con los que se le imputan», ha añadido.
En cuanto a la imposibilidad de demostrar dónde se encontraba el fin de semana que se cometió el crimen, el abogado ha expuesto que nadie apunta en una agenda las actividades que realiza un fin de semana.
Aguirresarobe se enfrenta a 48 años de cárcel
Además, ha confesado quedarse «perplejo» cuando el fiscal ha basado la relación del procesado con ETA en que «formó parte de un equipo de rugby en el que en algún momento participaron integrantes de ETA», como Beñat Aguinagalde, presunto autor del asesinato de Ignacio Uría.
El fiscal Pedro Rubira pide que Aguirresarobe cumpla 48 años de cárcel y que indemnice con 500.000 euros a la viuda y los familiares directos del fallecido. Las acusaciones representadas por el Ayuntamiento de Andoain, gobernado por Bildu, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), y el abogado de la familia Rubén Múgica también solicitan la misma pena de prisión.
LIBERTAD DIGITAL, 16/11/11