EL MUNDO 05/01/14
· Se reproducen los grupos de padres a favor de las clases en catalán y en castellano
La AEB-Castelldefels es la segunda asamblea a favor del bilingüismo constituida en Cataluña. La integran, desde hace dos meses, cerca de un centenar de padres y madres de alumnos que defiende la educación bilingüe –en catalán y en castellano– y denuncia la falta de oferta en las escuelas públicas de esa localidad barcelonesa. La primera nació hace seis meses en Sant Cugat del Vallès (en la misma provincia), ciudad en la que reside José Domingo, presidente de la asociación Impulso Ciudadano, un viejo y activo defensor del bilingüismo que apoya a esta red de familias que pide enseñanza en las dos lenguas oficiales –y también en una lengua extranjera– en los colegios públicos y concertados catalanes. Objetivo: llegar a 50 asambleas.
Daniela Gurrieri es una de las madres molestas de Castelldefels. La mujer, de origen italobrasileño y empresaria hostelera, explica que integra un grupo de padres y madres descontentos de «los colegios públicos Lluís Vives, Antoni Gaudí, Can Roca, Garigot y Josep Guinovart; el concertado La Ginesta, y el privado British School». El embrión de las asambleas catalanas probilingüismo en las aulas es la iniciativa de unos 200 padres de Sant Cugat del Vallès y de poblaciones cercanas.
Tras meses de reuniones, el pasado verano constituyeron la Asamblea por una Escuela Bilingüe de Sant Cugat, recuerda Roberto Torrecilla. Su meta es engendrar un movimiento amplio «en pos del bilingüismo en las clases». Y hoy la ven más cerca. Al menos, en localidades de la primera corona metropolitana de Barcelona, donde se concentra un mayor número de denuncias de padres contrarios al sistema educativo catalán.
Hace dos semanas, la biblioteca del barrio de Bellvitge, en Hospitalet de Llobregat (Barcelona), acogió la puesta de largo de la delegación de la AEB en la segunda ciudad más poblada de Cataluña. La tercera plataforma probilingüismo en las aulas reivindica que haya «al menos una escuela pública» en Hospitalet para los hijos de las familias que están en contra de la inmersión lingüística.
Ana Losada, licenciada en Historia Contemporánea y Relaciones Internacionales que se gana la vida como técnico de Comercio Exterior, es la portavoz del grupo de Hospitalet. «Pedimos que las administraciones protejan nuestros derechos, porque no es cierto que los niños catalanes dominen por igual las dos lenguas», asevera. Las hijas de Ana estudian en el mismo centro al que fue ella: el padre Enrique de Ossó, de monjas, en Bellvitge. «Nos protege la Constitución: es un derecho conocer la principal lengua oficial de España. También en Cataluña. No quiero que ellas hablen un castellano coloquial, sino uno igual de culto y rico que el catalán que aprenden en clase».
La cuarta asamblea será la de El Prat de Llobregat. Alberto Piñol, 28 años, licenciado en Ingeniería Técnica Industrial a punto de terminar Economía, es miembro de Nuevas Generaciones del PP. Aunque no tiene hijos, integra la plataforma de El Prat junto a otras 12 personas más: padres, madres, dos profesores, ex alumnos y ciudadanos interesados en cambiar el cauce de la educación pública catalana.
«A los hijos de estas familias los suelen vetar bastante, y queremos reivindicarnos como grupo de presión para que no exista un ataque directo sobre un padre, porque lo más importante es que no queden marcados los pequeños con etiquetas como los del castellano», dice Piñol, quien zanja: «Si se protege el catalán en Barcelona porque se habla menos en las calles, ¿no deberíamos proteger el castellano en las comarcas interiores de Osona y Berga, donde se usa menos? Eso no pasará».