Paloma Esteban-El Confidencial
- Ceuta se convierte en el epicentro de la confrontación con réplicas en la comunidad andaluza, donde el partido aspira a remontar. Los sondeos agitan la pelea en la derecha
Las relaciones entre PP y Vox, como todas, sufren altibajos cada cierto tiempo. Pero desde hace meses (con la única tregua de las elecciones madrileñas, cuando Isabel Díaz Ayuso pidió a su partido no interferir en la campaña), los niveles de tensión han escalado a máximos. Ceuta se convirtió a raíz de la oleada migratoria de mayo en el epicentro de las crisis entre ambos, con réplicas muy significativas en Andalucía, donde el partido de Santiago Abascal tiene puesto el foco mirando a la próxima cita con las urnas. El 4-M lo cambió todo, pero las encuestas a nivel nacional, que sitúan a los populares como primera fuerza y señalan el estancamiento del partido ultra, acaparan toda la atención en la pelea de la derecha.
El triunfo de Madrid fue bautizado por la dirección nacional del PP como un “cambio de ciclo” con dos lecturas separadas. Por un lado, el hundimiento del PSOE en la comunidad (y lo que eso significaba para Pedro Sánchez a partir de ese momento) y, por el otro, el frenazo que por primera vez sufrió Vox, después de haber dado el sorpaso a populares y Ciudadanos en Cataluña. Este fue el verdadero punto de inflexión, que en la cúpula de Casado ya ven como una tendencia. “La alternativa se consolida y no hay vuelta atrás”, insisten.
La última encuesta GAD3 augura un decrecimiento para Vox, que pasaría de 52 a 37 diputados si hoy se celebraran comicios
Para Génova, ha arrancado una nueva etapa, independientemente de cuándo lleguen las próximas generales, y reconocen que tras dar por amortizado a Ciudadanos, el siguiente objetivo es que Vox siga a la baja. La encuesta más reciente de GAD3 augura un decrecimiento importante para el partido de Abascal, que pasaría de 52 a 37 diputados si hoy se celebraran elecciones. A esta situación achacan dentro del PP la insistencia de Vox por marcar perfil propio, confrontando con ellos y que ya ven como una ofensiva en toda regla. En el partido ultra, dan por hecho que la estrategia a partir de ahora será esta. En realidad, el portavoz nacional, Jorge Buxadé, no dejó ayer muchas dudas al respecto cuando anunció que dejarán de apoyar a los populares, a los que ya consideran “cooperadores necesarios en la deshumanización de Vox” tras lo ocurrido en Ceuta.
La abstención de los populares el pasado viernes en un debate para declarar ‘persona non grata’ a Abascal en la ciudad autónoma ha desatado la indignación de Vox, que da por rotos los acuerdos con el PP en toda España si no hay una rectificación al respecto. Dicho de otra manera: amenaza con no apoyar ninguna iniciativa, tampoco presupuestos o leyes importantes en los parlamentos autonómicos en los que son necesarios, si la formación de Casado no da marcha atrás y “repara el daño causado”.
Esta amenaza, a pesar de que no termina de concretarse, deja la formación conservadora en una posición incómoda. En Génova, aseguran que su postura sobre los cordones sanitarios no ha cambiado —“estamos en contra de todos y no formamos parte de señalamientos que en el PP hemos sufrido antes”— pero, al mismo tiempo, cierran filas con el presidente popular de Ceuta, Juan José Vivas, que lleva meses gestionando una de las situaciones más difíciles vividas en su territorio y censura la posición de Vox por “incendiar” y “poner en riesgo la propia convivencia”.
“Vox cuestiona la presencia del presidente del Gobierno cuando vino a decir que Ceuta es España, presiona a otras comunidades para que no sean solidarias con la carga que tenemos de menores extranjeros, no apoyó una resolución del Parlamento Europeo expresando su rechazo a Marruecos y vota en contra de que invitemos a los Reyes de España a venir a Ceuta”, resumió el propio Vivas enumerando una a una las razones que les han empujado a abstenerse tras meses de tensión acumulada con el partido de Abascal.
En la dirección nacional, no quieren dar protagonismo a Vox, conscientes de que las encuestas recientes preocupan cada vez más a Abascal, y la consigna pasa por mantener un discurso cohesionado y trasladar que el único rival sigue siendo el presidente del Gobierno. “Lo que tienen que hacer es oposición a Sánchez y no al PP”, repiten en Génova. El portavoz nacional, José Luis Martínez-Almeida, también alcalde de Madrid, hizo todavía más explícito su apoyo al presidente de Ceuta, defendiendo que hacían falta “más Vivas” en la ciudad autónoma y en toda España.
A por Andalucía
La ruptura con el Partido Popular pregonada por Vox tiene su antecedente en el Parlamento andaluz, cuando ya hizo ese mismo anuncio el pasado mayo al conocer que la Junta acogería a 13 menores inmigrantes que habían llegado a la ciudad autónoma. A pesar de los continuos toques de atención, por primera vez, el partido ultra pasó a la acción tumbando la ley del suelo de Moreno Bonilla y una reforma sanitaria que buscaba estrechar el cerco a la pandemia. Hacía valer su peso político como socio externo y lanzaba un mensaje claro al PP-A.
La secretaria general del grupo parlamentario en el Congreso, Macarena Olona (que figura en todas las quinielas como posible candidata a la Junta), viaja este martes a Cádiz, coincidiendo con el momento de especial tensión con el PP. Precisamente, ante la estrategia andaluza presentada por Moreno con la vista puesta en 2025, Vox volvió a la carga, asegurando que sería un plan perfectamente asumible por el Gobierno de Sánchez, y tildando de “irresponsabilidad absoluta” la política migratoria del Ejecutivo autonómico. “El presidente de Andalucía es responsable de cada patera” y de la inseguridad que se genera en los barrios, llegó a decir Buxadé este lunes.
¿Convivencia inevitable?
La cuestión ahora pasa por ver cómo se reconstruyen las relaciones, al menos para una convivencia que parece inevitable. El PP sigue cerrando filas con Vivas y Vox avanza que si no percibe un gesto de rectificación, no volverá a apoyarles. “Nos da igual lo que nos llamen. No vamos a retroceder un milímetro nuestra posición”, insisten en el partido de Abascal, asegurando que los populares “traicionan sus acuerdos”, muy especialmente, en Andalucía.
“El PP debe elegir. O nos solicita apoyo o reconsidera y reconduce su errónea decisión”, recalcan en Vox una y otra vez. Casado tenía previsto un viaje a Colombia este martes, donde tenía preparada una intensa agenda internacional que finalmente ha suspendido por culpa de las nuevas restricciones sanitarias. La formación está centrada en dar continuidad al perfil presidenciable de su líder, pero la suspensión de la visita avanza que el enfrentamiento con Vox será una de las claves de la semana.
La confrontación veraniega de los dos partidos recuerda, como una canción pegadiza, a lo que ocurría por estas fechas el año pasado
En realidad, la confrontación veraniega de los dos partidos (socios en comunidades y ayuntamientos) recuerda mucho, como una canción pegadiza, a lo que ocurría exactamente por estas fechas el año pasado. Vox anunció que registraría una moción de censura para debatirla con el nuevo curso político y el PP lo acusó “de salvar al soldado Sánchez” en su peor momento. Las idas y venidas de la moción acapararon el parón estival y llegaron en el peor momento de su relación con el debate parlamentario en el que Casado soltó amarras definitivamente con su competidor por la derecha. Desde entonces, altibajos y malestar.