Ibarretxe piensa seguir con Azkarraga y Madrazo hasta la victoria final, para volver a sacar su plan obligatorio en cuanto se descuide la tripulación o acabe agotando a la mitad del Parlamento. O sea, que la mitad del electorado vasco que no votó a los del tripartito ya puede ir tomando nota. Pero a la oposición se le ve muy lejana de la cabina de mando.
Oír al lehendakari apostar, con tanta seguridad, por la composición del próximo Gobierno vasco y quitarle a tantos electores las ganas de votar, es todo uno. Porque ayer Ibarretxe, en un alarde de cierre de polémica en torno a la validez de la fórmula del tripartito , a raíz del malestar derivado de los pactos postelectorales en las Juntas Generales y Diputaciones forales, dijo que los tres partidos que le ayudan a él a sostener el Gobierno de Ajuria enea es la apuesta de futuro. Que no sólo va a aguantar el tripartito hasta el final de la legislatura, los próximos dos años, sino que seguirán liderando los mismos partidos después del 2009. Porque, ésa es la fórmula más representativa de Euskadi, su columna vertebral, dijo; ni más ni menos.
No es una plaga, ni una amenaza. Palabra de Ibarretxe. Vamos, que no hace falta que vayamos a votar. Total, nos pongamos como nos pongamos en las urnas, él seguirá sacando a la misma tripulación . Se le nota al presidente del Ejecutivo de Vitoria ya con cierto síndrome prevacacional porque, si la semana pasada no había que dejar el timón a ANV ahora se trata de que nadie le eche del barco; ni siquiera con propuesta millonarias como parece estar ocurriendo en los despachos forales de Guipúzcoa en vísperas de la designación del próximo Diputado general.
El caso es que a él le ha ido tan bien durante seis años con EA, (partido centrado donde los haya, no hay más que oír al consejero Azkarraga para dar fe de ello) y con los agradecidos de la izquierda de Madrazo (que con su 5,4 por ciento no ha llegado a ostentar tanto poder como la princesa Munar en Baleares, pero casi, casi), que Ibarretxe ha dicho que quiere repetir la experiencia religiosa para la próxima legislatura. Claro que se le ha olvidado un pequeño detalle. Les suele pasar a tantos estrategas de los pactos, que se olvidan de la voluntad de la ciudadanía en cuyo nombre están hablando todo el día pero, a la hora de ostentar el poder, el populismo se queda más bien arrinconado.
Y da la casualidad de que los votantes, en las últimas elecciones autonómicas, fueron tan plurales que, si el PNV junto a EA obtuvo 463.873 votos, y por eso necesitó apoyarse en los minoritarios de EB, las urnas arrojaron 272.429 votos socialistas y 208.795 populares. O sea que estos 481.224 ciudadanos que no se identifican con el tripartito pero que representan otras sensibilidades de la idiosincrasia vasca (¿será que Euskadi tiene dos columnas vertebrales?) ya pueden tomar nota.
Ibarretxe piensa seguir con Azkarraga y Madrazo hasta la victoria final, para volver a sacar su plan obligatorio en cuanto se descuide la tripulación o acabe agotando a la mitad del Parlamento vasco. No parece que, con estos patronos, se pueda decir que la nave va. Pero a la oposición se le ve muy lejana de la cabina de mando.
Tonia Etxarri, EL CORREO, 27/6/2007