Hermann Tertsch-ABC
Si los españoles fueran conscientes del peligro estarían acampados exigiendo elecciones ya
DOS periodistas de extrema izquierda que Pablo Iglesias, el líder comunista de Podemos, propuso a Pedro Sánchez como presidentes del ente público RTVE, borraron miles de mensajes de su cuenta de twitter, nada más saber que podían acceder a dicho cargo. Andrés Gil, un jefe de sección del diario.es y Ana Pardo de Vera, la directora de Público, borraron 13.885 y 21.251 tuits respectivamente, para vaciar sus cuentas. Siguieron así la pauta de los dirigentes de Podemos que, al asumir cargos electos, liquidaron miles de tuits para ocultar su pasado. Pese a ello, algunos se publicaron y revelaron una terrible catadura de sus autores. Se vertían mensajes antisemitas, crueles, totalitarios y violentos, con apología de terrorismo y deseos de asesinar a rivales políticos y hasta al Rey. Alguno tuvo algún problema judicial, pero al final todos salieron impunes, pese a tanta agresividad e injuria.
Con este capítulo de los esperpénticos candidatos de Iglesias se ve la angustia de este frente comunista por ocultar personalidad e intenciones reales. En cuanto les ofrecen un cargo, su primera urgencia es impedir que se sepa quiénes son en realidad, lo que piensan y han dicho. Saben que todo atisbo de autenticidad los desenmascara y perjudica. Y han recurrido a excusas como el derecho al olvido. Quienes organizan revanchas por hechos pasados hace 80 o 40 años, piden olvidar tropelías de hace meses. Aludía Pardo de Vera a Obama, que dijo eso de «si tuvierais fotos de todo lo que hice en el instituto, probablemente no habría sido presidente de EE.UU.». No son fotos suyas de niña o adolescente, señora. Son afirmaciones y opiniones públicas como adulta, en un pasado inmediato, que es el que la acredita o no para el cargo para el que la proponen.
Ambos periodistas trabajan en órganos de propaganda de la extrema izquierda simpatizante con los grupos separatistas, del golpismo catalán y el filo-terrorismo vasco. Un compendio de sus lemas puede ser: «todo contra la monarquía», «la derecha es fascismo», «a ganar la guerra civil», «la unidad de España es franquista», «Socialismo» y «ETA, como GRAPO o FRAP, parte de la familia progresista». Que fuera Iglesias quien anunciara al presidente de RTVE cayó como una bomba. Como el tuit de la propia Pardo de Vera: «Me llamó Pablo Iglesias para decirme que el presidente Sánchez y él habían alcanzado un acuerdo para que los nombramientos de RTVE dependieran de Podemos». Sánchez paga ya su deuda a todos los enemigos del Estado que le apoyaron en la moción de censura. Su deuda es alta y le convierte en cómplice de fuerzas enemigas de la monarquía parlamentaria. Que necesitan ocultar su pasado para poder entrar en las estructuras del Estado que quieren destruir. Cada paso que da este gobierno revela que es en sí mismo un peligro para la seguridad del Estado. Si los españoles tuvieran una mínima conciencia del peligro que corren, estarían ya acampados en las plazas de pueblos y ciudades y ante La Moncloa con una única exigencia: ¡elecciones ya!