María López-Brea ha buceado en ‘Tierra firme’, el libro que le ha escrito Irene Lozano a Pedro Sánchez y se ha encontrado con lo que ella llama ‘el delirio de Nerón Sánchez en su nuevo libro’ en forma de confidencia: “siempre que salgo a la calle recibo mucho cariño”. Otelokip añadía en mi blog la siguiente explicación: “En algún capítulo de su nueva obra literaria Moncloa licita adquisición de psicotrópicos por el procedimiento Negociado Sin Publicidad”.

Ander Gil, presidente que fue del Senado reproduce en tono admirativo una reflexión de su ídolo: “Desde que soy presidente del Gobierno la Constitución se cumple en todos los territorios de España. Cuando gobernó el PP hubo dos referéndums ilegales y nos llevó a la mayor crisis institucional y territorial de la historia de nuestra democracia”.

Vayamos por partes, siguiendo el magisterio de Jack el Destripador: la Constitución se cumple en todos los territorios de España, menos en las decisiones  del presidente del Gobierno, el único que la incumple soy yo. Cabría poner como ejemplo las dos declaraciones de estado de alarma por la crisis sanitaria de la COVID-19. Tampoco en los nombramientos, vale decir el de Pablo Iglesias para el control del CNI y el de Rosa María Mateo como administradora única de RTVE. Dice que cuando gobernó el PP hubo dos referendos ilegales y se calla que tales referendos no los organizó el PP, sino precisamente los golpistas a quienes él ha elegido como socios. Naturalmente no fue el PP quien nos llevó a la mayor crisis de la historia de nuestra democracia, sino sus interlocutores en Ginebra.

Alberto Garzón no deja de hacer el ridículo. Ahora, hablando sobre la Constitución:  “Hoy, los actos oficiales nos venden la Constitución y la democracia como un producto creado por brillantes prohombres (no mujeres) de consenso. Ausente consideración al movimiento obrero, al PCE y a la lucha antifranquista, verdadero motor de la democracia”.

Javier Santamarta le explicaba las cosas en términos que este discapacitado pueda entender(no se le puede llamar disminuido, que Barmengol quiere cambiar el artículo 49 de la Constitución): “A ver, querido: había en esas Cortes Constituyentes 27 mujeres, 21 diputadas y 6 senadoras. Entre ellas entre las diputadas una tal Dolores Ibarruri, ‘la Pasionaria’, presidenta de un partido llamado Partido Comunista de España. De nada”.

Froilán I de España escarba en la entrevista que le hizo al gañán Angelines Barceló: Ahora dice Sánchez que se reúnen en Ginebra con Junts porque Puigdemont vive en Bruselas. En serio, y lo dice sin que le dé la risa. Es imposible ser más cínico y caradura”

Taby von Tabarnia: “Sánchez reprocha a Susanna Griso que dejara mentir a Aznar en su programa sin rebatirlo. El presidente sigue empeñado en dar lecciones de periodismo a la profesión, solo un día después de colocar al frente de la agencia EFE al que fue su primer secretario de Estado de Comunicación”. “No podemos dar por válida la mentira, Susanna”. Aquí el único que tiene licencia para mentir es mi persona, debería haber añadido.

Pilar Díez no comparte algunos entusiasmos que despierta a su paso Pedro Sánchez: “Hay que subrayar una y otra vez -nunca serán suficientes- que la persona más tranquila, reposada, sosegada, risueña, impertérrita y hasta con ánimo festivo se llama Pedro Sánchez». ES una forma de verlo. Y de contarlo, claro.

Después de nombrar a Miquel Iceta, un hombre sin estudios, embajador en la Unesco, que es la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura, ahora nombra embajador en la ONU a Héctor Gómez. Lo ha explicado mi querido Chencho Arias: Naciones Unidas es un asunto de extraordinaria complejidad para enviar allí a un tipo que no tiene ninguna experiencia internacional. Es lo que hay. El sanchismo era esto.

Los criterios electivos de Sánchez han mosqueado hasta a Jordi Évole, no digo más: Proponer nombrar a quien ha sido secretario de Estado de Comunicación de tu cobierno comopresidente de la Agencia Efe es muy mal ejemplo de lo que tiene que ser la gestión pública de la comunicación de un Estado”.