A medida que EL ESPAÑOL va publicando información sobre el contenido del sumario de la Operación Delorme, el cerco se estrecha sobre el exministro de Transportes, hasta el punto de que el caso Koldo cada vez se aproxima más a poder ser denominado caso Ábalos.
Este periódico ha revelado que la mujer de Koldo García, colocada en el Ministerio de Transportes y detenida en el marco de la Operación, pagó al menos 26.000 euros a Ábalos y su pareja en viajes, regalos y gastos escolares de sus hijos. A su vez, el exministro también realizó transferencias en beneficio de su mano derecha.
Además, según se desprende de la investigación, el exsecretario de Organización del PSOE mintió cuando dijo haberse encontrado por casualidad con Koldo en la marisquería La Chalana (donde Koldo despachaba con altos cargos de distintos ministerios). Al contrario, se citaron para reunirse el pasado enero.
Estos dos hechos aportan indicios sólidos para que la Guardia Civil sostenga que la relación entre Ábalos y Koldo iba más allá de lo profesional, pese a los intentos del socialista por desmarcarse del navarro haciendo creer que no tenían intimidad, que habían perdido relación y que este había traicionado su confianza. Cabe recordar que, a mayores, viajaron juntos en repetidas ocasiones.
Pero la constatación de la cita entre ambos resulta además fundamental para los investigadores de la UCO a la hora de ubicar a Ábalos en la cima de la trama de la Operación Delorme.
El sumario le presenta como «intermediario» entre los investigados Juan Carlos Cueto y Víctor de Aldama y el Gobierno balear, para evitar que este reclamase la indemnización por las mascarillas defectuosas adquiridas a Soluciones de Gestión SL, controlada por los dos empresarios y cerebros de la trama.
Es evidente que Koldo era mucho más que un asesor o un asistente personal del ministro.
Tras haber sido introducido por Ábalos en el Ministerio de Transportes, adquirió una gran influencia e infiltración en la estructura del departamento. Se movía por él a sus anchas y hasta mantenía reuniones con contratistas en el despacho del ministro. También agendaba los encuentros de Ábalos con empresarios. Resulta por tanto inverosímil aducir desconocimiento de los tejemanejes de su hombre para todo.
El exministro introdujo también a Koldo en varios consejos de administración de empresas públicas que, curiosamente ,concedieron luego contratos a Soluciones de Gestión SL.
A ello se le suma la revelación que publica hoy este periódico. El constructor José Ruz, que también se reunió con Koldo y con otros protagonistas de la trama en La Chalana, recibió 125 millones del ministerio de Ábalos.
La constructora LIC, de la que Ruz figura como apoderado, recibió además dinero del Gobierno de Canarias del hoy ministro Ángel Víctor Torres, que por otro lado había adquirido asimismo mascarillas a la empresa de la trama del caso Koldo.
Lo que ha puesto en guardia a los investigadores es que la licitación que acabaría ganando la constructora se publicó sólo un mes después de que Ruz viajara con Koldo a Las Palmas de Gran Canaria.
Que los tentáculos del caso Koldo lleguen hasta los negocios de este empresario podría revelar que el alcance de la estrctura delictiva sería mucho mayor que unas mordidas en unos cuantos contratos públicos para comprar material sanitario durante la pandemia.
El rescate de Air Europa gracias al respaldo de Ábalos y a la mediación de Aldama, principal comisionista de la trama (y que contaba con «un pase especial» en el Ministerio según el juez), también apunta en esta dirección.
Los nuevos personajes que van apareciendo en la investigación sugieren que detrás de Koldo había un arreglo más amplio consistente en trabar relaciones con hombres de negocios que luego acababan obteniendo adjudicaciones del Estado.
Además, cada vez hay más indicios para pensar que la trama no se circunscribió a la cúpula del Ministerio de Transportes durante la etapa Ábalos. Las sospechas se extenderán irremediablemente a otras Administraciones. Por ejemplo, y al margen de los Gobiernos de Canarias y Baleares y a Interior, al Ministerio de Economía, de cuyo ICO la compañía de Ruz ha obtenido casi 16 millones de euros en avales y subvenciones desde la pandemia.
Sánchez creyó que entregar la cabeza de Ábalos serviría como cortafuegos para que el incendio del caso Koldo no se propagara a otros dirigentes socialistas. Pero el escándalo, lejos de amainar, arrecia cada día.
Por eso, urge una depuración de responsabilidades integral y profunda, y un esclarecimiento de todas las ramificaciones de las urdimbres de Koldo en el seno de la Administración española.