EL CORREO – 29/03/15
· «La ponencia Euskal Hiria, aprobada en el proceso electoral al consejo contiene el embrión de un programa de gobierno adaptado a las necesidades de las instituciones vascas», advertía la cúpula vasca en las negociaciones que se desarrollaron entre el 2 y el 4 de marzo.
· Un repaso a esas treinta páginas permite obtener una ligera imagen del ideario de Podemos en Euskadi.
El documento, que toma el nombre de una expresión del escritor Bernardo Atxaga y que sirvió para denominar a la candidatura de Uriarte en su camino a la secretaría general autonómica, ha sido utilizado como argumento para convencer a la dirección nacional de Pablo Iglesias de la conveniencia de que Podemos concurriera con su nombre a las elecciones forales del 24 de marzo.
ETA y los presos
El documento es crítico con ETA. Asegura que fue la banda la que apostó por el uso de la violencia como «vía adecuada para cambiar el marco político del país», por lo que la organización terrorista no debe justificar sus atentados como reacción a la actitud de «otros actores políticos o sociales», en alusión a las Fuerzas de Seguridad del Estado. Aunque sí reconoce que la existencia de la banda «al menos en su origen» pudo ser «comprensible», al haber surgido durante la dictadura de Franco. Un hecho que, sin embargo, no justifica que persistiera y alcanzara «una extrema plenitud, una radical autonomía, a partir de la transición política». «ETA fue responsable de sus acciones», insiste, a la vez que exige la desaparición total de la banda, al haber quedado demostrado, aseguran, que su actividad terrorista ha sido «perversa y equivocada» y «no ha servido para lograr ningún avance de nuestro pueblo», más bien al contrario «ha dado alas a la derecha más reaccionaria».
Los responsables de Podemos hablan, no obstante, de cómo «diversas instituciones del Estado han respondido a esa violencia», algo que también consideran criticable. Uno y otro comportamiento, continúa el texto, se merecen un reproche. «Los autores de todas las violencias ejercidas –más allá de su equivalencia– son responsables del daño injusto causado y de las vulneraciones de derechos humanos cometidas», explican. Y advierten de la necesidad de que unos y otros reconozcan que todos aquellos actos «no eran inevitables». La asunción de ese error debería «constituir un pilar básico para la construcción de una memoria incluyente, que contribuya a la convivencia en libertad».
La ponencia Euskal Hiria cree, no obstante, que tras el final de ETA es necesario mejorar «la calidad democrática del sistema». Entiende que «la eficacia en la lucha antiterrorista se ha conseguido al precio de un deterioro del régimen de derechos y libertades». Cita como ejemplos de ese deterioro de las garantías democráticas «los cierres de los diarios ‘Egin’ y ‘Egunkaria’», el régimen de incomunicación aplicado a los detenidos por terrorismo, «la práctica de la tortura y la falta de investigación efectiva en sus denuncias».
Sobre los presos de ETA, los principales dirigentes de Podemos abogan porque los reclusos afronten la «asunción de responsabilidades» como «vía para regenerar el tejido social afectado por la violencia». Ahora bien, consideran que deben producirse cambios en materia penitenciaria. En su opinión, la ejecución de las penas ha abandonado hasta ahora la función «resocializadora» de la cárcel para estar centrada en el objetivo de «acabar con la actividad terrorista de ETA». Alcanzado el punto y final de la banda, el partido de Uriarte defiende que los presos cumplan sus condenas en cárceles cercanas a Euskadi, que la vigilancia penitenciaria de esas penas se lleve a cabo desde los tribunales vascos y no desde la Audiencia Nacional, y que se apliquen las leyes para excarcelar a aquellos internos con «enfermedades graves e incurables».
Independencia y Navarra
«La cuestión nacional no es la cuestión prioritaria dentro del esquema de prioridades de Podemos, como pueda serlo en la de un partido nacionalista». El equipo de Roberto Uriarte pasa de puntillas sobre una posible independencia de Euskadi. Aunque defiende abiertamente el derecho de autodeterminación y que los ciudadanos sean «consultados sobre su estatus político». Advierte, no obstante, que «antes de recurrirse al juego de las mayorías» esta cuestión debería intentar resolverse «por amplios consensos».
«En cuestión nacional –insiste la ponencia Euskal Hiria–, se requiere el máximo esfuerzo de todos para lograr un estatus político en el que las diversas sensibilidades nacionales, culturales y lingüísticas que conviven en nuestra sociedad puedan sentirse relativamente cómodas». Y asegura que la convocatoria de un referéndum, que obligaría a los ciudadanos «a posicionarse entre dos posturas extremas que generan insatisfacción importante», debería ser «el último recurso, cuando no exista ninguna posibilidad de una opción más inclusiva y de mayor consenso».
Los dirigentes de Podemos abogan, en todo caso, porque «a corto plazo se abra un proceso de reforma constitucional», que permita «incluir el reconocimiento del derecho de autodeterminación» y transformar «el Estado español en una República federal». Dentro de esa nueva organización, «se podría conformar un Estado vasco» con «amplios poderes» y también con «amplios lazos de solidaridad con los otros Estados federados», aunque no detalla en qué consistirían.
Sitúan, no obstante, a Navarra como «corazón de Euskal Herria», a pesar de que eluden posicionarse sobre si debe formar parte en el futuro de una estructura institucional vasca. «Son ellos quienes deben decidir qué tipo de relación desean mantener con nosotros», dicen.
PNV y «partidos dinásticos»
La ponencia incluye referencias concretas sobre el PNV, el PP y el PSOE –a populares y socialistas los califica como «partidos dinásticos»–, pero ninguna sobre Sortu o EH Bildu. Asegura que los jeltzales han desarrollado durante las tres décadas de democracia «una hábil política pactista» marcada por una estrategia doble: «un discurso muy crítico del Gobierno central» en Euskadi «y un apoyo a los oponentes en Madrid». Unos pactos que, en opinión de los líderes de Podemos, han permitido a este partido «reforzarse en nuestro territorio» a costa de asegurar la gobernabilidad del Estado. La formación que ahora preside Andoni Ortuzar ha sustentado su «preeminencia» en el País Vasco –continúa este documento– gracias a «que no ha tenido vínculos con el régimen franquista», lo que le ha permitido aparecer como «una derecha formalmente democrática».
El texto que sirve de guía a Podemos sostiene que los resultados electorales de PP y PSE se han visto beneficiados «en parte» por «el efecto coadyuvante de la violencia de ETA» y por el «dominio de los medios en manos gubernamentales» que «empujaban a una gran cantidad» de ciudadanos, «que no se reconocen como nacionalistas vascos», a «votar optando por un aparente mal menor, en un intento de contrarrestar la asfixia social». Una asfixia provocada en buena medida por la «presión de los partidos de la izquierda abertzale».
El proyecto para Euskadi
El proyecto de Podemos para Euskadi calca prácticamente las mismas ideas que Pablo Iglesias y su equipo han diseñado para el resto del país. Hablan así de promover la transparencia y la participación ciudadana y califican de «prioritario acabar con el reparto por cuotas partidarias» de instituciones como el Tribunal Vasco de Cuentas y el consejo de administración de EiTB. Además, abogan por eliminar «la inmensa mayoría» de los asesores políticos que trabajan en Gobierno vasco, diputaciones y ayuntamientos. «Son más fontanería de los partidos que servicio público», afirman.
Mención especial merece en esta ponencia la configuración institucional del País Vasco. Cree que las diputaciones ostentan un «poder excesivo» y que la organización es más propia del siglo XIX. «Las diputaciones deben ser más democráticas y menos todopoderosas», afirman. Tampoco entienden la existencia de tres haciendas forales. A su juicio, no tiene sentido que convivan «tres sistemas tributarios distintos para dos millones de personas», por lo que consideran conveniente ir «unificando los impuestos» de forma «progresiva y escalonada».
El documento concede una relevancia importante a las políticas sociales. Podemos Euskadi propone, en este sentido, impulsar el derecho a la eutanasia, facilitar el «cambio de identidad sexual» a quien así lo solicite, favorecer «un mayor reparto del trabajo disponible» y poner en marcha una Renta Básica Universal que beneficiaría no sólo a «personas pobres, sino para todas las personas».
EL CORREO – 29/03/15