El secuestrador vela por él
La aportación más relevante que nos van a ofrecer estos comicios va a ser la radiografía intelectual del País Vasco: el censo de los gilipollas en la tierra de Aitor (Esteban) se corresponde mucho con los votantes socialistas. No quiero decir que no haya tontos en otras confesiones, claro, pero no tantos como en el PSE, vamos a explicarlo.
Abrió el baile el joven Otxandiano con dos definiciones muy vistosas sobre ETA. En la precampaña la había definido como “un ciclo político que había quedado atrás” y ya en faena y entrevistado en la SER, a la pregunta de si ETA “fue un grupo terrorista”, respondió que “fue un grupo armado” y que “las denominaciones pueden ser diversas y la violencia del Estado también puede tener diferentes denominaciones”. Un grupo armado, claro, como la Guardia Civil, que era exactamente la comparación que pretendía establecer.
Uno no le ve a este Otxandiano mucha capacidad de persuasión para inteligencias medias, pero donde no llega su oratoria sí lo hará la didáctica de la portavoz Alegría, que encontró inadecuadas y cobardes las caracterizaciones de la banda hechas por Pello Otxandiano. Criticó la buena mujer el “absoluto desprecio a las víctimas y a la sociedad” del candidato bildutarra al negarse a admitir que ETA fue una banda terrorista. ¿Quiere esto decir que el Gobierno va a dejar de contar con Bildu como socio preferente en el Congreso? No, ¿por qué? «nada ha cambiado», explicó.
Hete aquí que los dos partidos que habían venido blanqueando a Bildu, han visto la luz en los sondeos que atribuyen la victoria del domingo a los herederos de ETA. Recuerdo haber escrito el verano pasado (29/8) que el sorpasso de EH Bildu al PNV era evidente para todo el mundo menos para Andoni Ortuzar y Aitor Esteban y ahora viene el ayayay, “el abismo a lo desconocido” dicen los hijos de Sabino. No vamos a pactar con Bildu, dicen los socialistas vascos. ¿Quieren que se lo repita otra vez? “A Bildu que fue parte activa de tanto dolor no puede salirle gratis”, dijo Andueza y no va a ser gratis: les dieron la alcaldía de Pamplona para compensar. A medio camino entre Bildu y el PNV, Eneko Andueza exponía la clave de su éxito: quienes veían las elecciones como «un duelo» entre el PNV y EH Bildu vivían en «un error» al no darse cuenta de que «el Partido Socialista es el que va a decidir». Este pringado no se da cuenta de que los electores no queremos escoger al que decide; queremos decidir nosotros. Están los tiempos como para fiarse.
Para López pactar con el secuestrador Otegi era un mal menor hace dos años: «Hemos pactado con Bildu porque la oposición del PP es indecente». El PP es el partido que lo aupó en dos ocasiones por encima de su nivel de incompetencia, aunque él se justifica diciendo que aquel PP era muy distinto de éste de ahora. Mentira, claro. Mientras los 13 diputados del PP apoyaban el Gobierno de López, en 2011, su portavoz en el Parlamento vasco decía: “A la derecha, cuando abre la boca se le ven las caries del franquismo”. O sea, que los tontos están muy repartidos, pero los socialistas llevan mucha ventaja en el recuento.