RAMÓN PÉREZ-MAURA – ABC – 26/07/16
· Sánchez podría presentar un único triunfo en dos años al frente del partido, en el que va de derrota en derrota hasta el Apocalipsis.
El acuerdo esta vez puede estar gestándose de manera diferente, mas quizás efectiva. Rivera «vende» que él ya ha dado el paso aceptando la abstención de Ciudadanos en la segunda vuelta de la investidura. Pero Sánchez, en contra de voces con autoridad moral en el PSOE, como Javier Solana o Joaquín Almunia, insiste en votar que no. La lógica indica que eso lleva a un callejón sin salida que provocaría nuevas elecciones. Después de los resultados de junio, en los que de los cuatro grandes partidos tres perdieron posiciones notablemente y sólo uno las ganó, es inverosímil que lo que ocurra sea que PSOE y Ciudadanos provoquen nuevos comicios. ¿Qué está pasando entonces?
Me lo decía el domingo alguien con décadas de servicio al Estado y con la libertad de análisis que da la jubilación. La jugada de Sánchez es forzar la situación hasta el último minuto e, in articulo mortis, mostrar su disposición a cambiar su voto por uno que permita la investidura de un presidente del PP que no sea Rajoy.
Así la pelota quedaría en el tejado del partido ganador el 26 de junio, y si no aceptaran el chantaje «la culpa» de que se convoquen nuevas elecciones sería del Partido Popular. Hay quien lo duda, porque no cree que Sánchez sea capaz de discurrir una extorsión tan elemental. Pero el secretario general del PSOE podría así presentar un único triunfo en sus dos años al frente del partido, en el que va de derrota en derrota hasta el Apocalipsis: «Yo eché a Rajoy de La Moncloa».
Se pergeña una situación muy difícil para el Partido Popular. El zafio argumento sería de los que calan en la opinión pública: no tenemos Gobierno porque Rajoy es el problema. Y si eso tiene fortuna, si la red de medios afines nucleada en torno a Atresmedia y Mediaset difunde ese mensaje, la situación se volverá muy difícil para Rajoy y para el PP.
Frente a ese chantaje hay una respuesta evidente: «Después de las elecciones de junio se pasaron seis meses impidiendo la formación de un Gobierno porque no aceptaban la victoria de Rajoy. Volvimos a las urnas y el pueblo dio más votos a Rajoy y menos a los demás». Pero eso son cuarenta palabras de argumento para contrarrestar cuatro: «Sin Rajoy hay Gobierno». En los tiempos en que vivimos, tienes un problema si necesitas multiplicar por diez tus elementos para contrarrestar un argumento.
Y el PP tendría que hacer una labor que no estoy seguro de que sepa hacer. O quizá sea más justo decir que se pueda hacer. Porque un Pedro Sánchez que cuenta como única victoria relevante en su vida política el haber derrotado a Eduardo Madina (¿lo recuerdan?) puede unir su fortuna a la de Albert Rivera a la hora de llevar a España al despeñadero de otras elecciones que alimenten el populismo anticonstitucional.
RAMÓN PÉREZ-MAURA – ABC – 26/07/16