Javier Elorrieta-Editores

El social-comunismo, en sus diferentes variables, no pretende acabar con la pobreza, sino con la libertad. Y, no lo duden, en España también. Toda su gestión, todas sus propuestas, está encaminada a generar una igualdad social en la pobreza que quieren gestionar. Igualdad generalizada, menos para los gestores de la misma, que son la casta gubernamental que está intentando absorber, con éxito notable, todos los poderes institucionales que orientan y regulan la vida de la ciudadanía, convertida, con el control de los medios informativos subvencionados, en lo que Jano García describe en su libro: «EL REBAÑO».
Cada paso de este Gobierno , en sus medidas de última hora para engatusar al electorado, es un acercamiento a la quiebra nacional de España. Es seguir apretando la soga de la deuda. No se engañen, esa es la única soga que nos sujeta de caer al abismo. Dentro de los artículos que inciden en la economía, no se pierdan el de Benito Arruñada.
Tampoco se pierdan el resto de artículos. Los que seguimos (raritos que somos) algunos debates en el Parlamento, ya sabemos que el papel de Nadia Calviño ha comenzado a resultar tan engañoso como patético. El de la «fulerilla» de Hacienda, a su inconsistencia verbal y argumental expresada con descaro, es la expresión de la calidad teatral de un gobierno intelectual y racionalmente insoportable. Dónde su Ministra de Trabajo , la que calificaba los impuestos de «crowfunding social», dicen que tiene el mejor índice de valoración popular.
Corren malos tiempos para la libertad y el progreso de la ciudadanía española. No sólo para la lírica.
Ah!. Y la reflexión de Fernando Savater.