Javier Elorrieta-Editores
Cuando Cesar Vallejo escribió «España, aparta de mí este cáliz» eran años de radicalidad izquierdista lo que se visualizaba del mundo cultural que mayor proyección publicitaria tenía. Con toda seguridad su información era sesgada y equívoca.
Hoy son otros los cálices que habría que apurar en la batalla de las ideas para defender la libertad y las instituciones sobre las que articularla.
Cuando escribí un poema dedicado al pueblo de Chile, tras el golpe militar que encabezó Pinochet, estaba en el exilio en Francia. en septiembre de 1973.
Posteriormente ,estuve en Chile, invitado por la Fundación Salvador Allende. Incluso viví la personal experiencia de ser invitado, junto a mi colega Teo Uriarte, a un almuerzo con su hija, la senadora, y su nieta en la que fue casa particular de Salvador Allende, llamada «La Moneda chica». Con una amabilidad inmejorable, nos sirvió ella misma el pavo con el que nos agasajaron.
La atención personal fue de unos anfitriones atentísimos. Pero tuve la oportunidad de conocer y disponer de datos y textos que obviamente desconocía. Sólo disponía de las opiniones personales de algún español que residía en Chile y de familiares lejanos en Argentina que, a su vez, tenían familiares en Chile y habían sufrido las políticas de expropiación del Gobierno Allende, del que tenían la peor opinión por los ya innegables desastres de su gestión.
Conocí entonces textos políticos y propuestas del propio Allende que desconocía. Incluso datos de la relación en la estirada estancia de Fidel Castro con Allende de anfitrión. No me extrañó que el humorista chileno Roberto Cachanosky, cuando no hacía humor en TV. dijera convencido que la gestión de Allende fue la peor en décadas en Chile.
Ciertamente aquel poema que escribí, con la intención de leerlo solidariamente en la Bourse du Travail de Bayonne en Francia, y sobre el que recibí entusiasta crítica de próximos, no hubiera sido posible realizarlo con el criterio de valoración que cambió, tras disponer de datos reales que no tenía. Por simple imposibilidad emotiva.
Como formalmente me he declarado un «nerudiano» entusiasta, me gustaría adivinar, qué poemas de Pablo Neruda, incluidos en su Canto General, hubieran sido descartados. Es decir no realizados, desde coordenadas de opinión posteriores, si hubiera evolucionado como Mario Vargas LLosa o Plinio Apuleyo… o la de dos chilenos insignes, que se exiliaron tras el golpe de Pinochet, como Roberto Ampuero del Partido Comunista de Chile, que se exilió a la RDA y a Cuba, y Mauricio Rojas del MIR que se exilió a Suecia, donde llego al Parlamento Sueco por el Partido Liberal. Cuyo libro «DIÁLOGO DE CONVERSOS» recomiendo encarecidamente. Entre otros motivos porque el lector encontrará enormes paralelismos con la reciente historia de España.
Aprovecho el comentario para resaltar el artículo de Teo Uriarte, e insistir en que no se pierdan el resto.
Debo confesar, que aunque ya mi afectiva subjetividad se estaba alejando de aquellas políticas, le dediqué a la hija de Salvador Allende un poemario con una dedicatoria manuscrita de aquel poema.
Ciertamente estaba proyectado sobre mantras que conformaron nuestras creencias.
A los que pasamos del nacionalismo al comunismo, no sólo nos mintieron nuestros padres (Juaristi dixit) . Nos mintió el establhismant cultural y nosotros mismos.
!PUEBLO DE CHILE!
Hermano pueblo caído
en la misma negra noche de España.
En la misma triste historia
de la urna a la bota has entrado herido,
clavado a balas y galones,
a dólares masacrado,
roto a pactos y compromisos,
a Constitución no respetada,
en cieno militar hundido.
¡Pueblo de Chile, te sufro!
Te sufro obrero de Chile,
campesino de Chile te sufro,
en esta hora de balas te sufro.
Por no acompañar el fusil con el voto,
por creer en urnas sin cerrar cuarteles,
por caer en en la misma historia
te sufren, Chile, los pueblos de España.
En fin, ahora toca no ser impermeable a la realidad, a los datos y a los argumentos. Con el acceso a la información, y a la formación que internet permite, es más difícil camelar con falacias y ocultación de las realidades liberticidas y de empobrecimiento que se han conformado en nombre de ideologías totalitarias comunitaristas.