Javier Elorrieta-Editores

El Comentario de Javier Elorrieta

En los artículos del viernes quise destacar en facebook otro de los, para mí, mejores columnistas del panorama actual, Cristian Campos en su artículo “Ayuso, separatista madrileña”. Cuando oí un sucinto relato de Fernando Díaz Villanueva sobre el análisis de la gestión de la pandemia en Madrid. En el propio análisis, situaba el objetivo prioritario, evitar el colapso en los servicios médicos. Teniendo en cuenta que el conocimiento de los efectos reales y su evolución, desde la potencialidad del contagio hasta lo letal del mismo no era conocida. No hay más que repasar las declaraciones de Salvador Illa y Fernando Simón, oficialmente los nombrados por el Gobierno para su gestión.

Madrid con una enorme concentración de población, se supone  el medio más proclive al contagio generalizado y rápido, además donde más concentraciones masivas  hubo antes del 9 de marzo, contaba con una infraestructura hospitalaria previa que se había visto notablemente incrementada en  la presidencia de Esperanza Aguirre, a despecho de los reaccionarios sindicatos, que se oponían a la más útil gestión de la misma, que seguía siendo de titularidad pública, para que fuera gestionada con criterios de gestión empresarial más eficientes.

La habilitación del IFEMA, ejemplo fuera de España aplaudido, fue un enorme acierto y ejemplo de iniciativa. Y muchos sinsorgos pro-psoe buscando alguna cosita para meterse con ella.

Tras la previsión de otra ola, para el objetivo de  evitar  el colapso y agilizar el conjunto de la gestión sanitaria la construcción del Hospital ENFERMERA ISABEL ZENDAL fue, en palabras del propio Fernando Díaz Villanueva,  una bendición, porque se canalizaba hacia el mismo todos los afectados por el COVI, que serviría para descongestionar el resto de servicios hospitalarios para mejor atender otras patologías que habían sido desatendidas o pospuestas  por el efecto colapso de los servicios médicos .

Cualquier comparación de gestión con otras zonas evidencian el notable acierto de la Comunidad de Madrid, la única comunidad que ha aguantado mejor la enorme crisis económica que se ha generado por los efectos de la pandemia. Cualquier parámetro, incluido el abordar los efectos económicos, evidencian la mejor gestión de Madrid, a despecho de la manipulación mediática de los medios pro-gubernamentales. Y la inquina de una llamada izquierda que cada vez cabalga más entre el sectarismo y la mentira.

En una magnífica entrevista a Félix Ovejero, hablo de memoria, a la pregunta de si veía algo positivo en la gestión del Gobierno de toda esta situación, me alegré que coincidiera con algo que comenté hace tiempo. Que al no estar el PP en el Gobierno, al margen de cómo lo hubieran gestionado, El social-populismo que hoy pide sumisión a sus torpezas en la gestión del mismo, hubiera convertido España en un infierno de agitación violenta. Espero que hasta el sector más “merengue” de colaboración ideológica y política con el Psoe, que tan poco comentan los aspectos que con más enjundia afectan a la realidad política, social y económica, estará de acuerdo, al menos, con esta apreciación de Félix Ovejero. Al margen del desastre de “el pruces” en Cataluña, les recuerdo la agitación generalizada por un accidente marítimo. La agitación promovida en las calles por el  Ébola y el sacrificio profiláctico de un perro, en contrapunto, por ejemplo, del silencio ante 13 bomberos muertos en un incendio, porque se dio en una comunidad que gobernaba el PSOE. En ese sentido, y aunque no esté de acuerdo con el eslogan, SOCIALISMO o LIBERTAD, no refleja al menos en España, distorsión especial con la realidad. Si ya hablamos de los países donde han estado como asesores y han sido financiados los socios del PSOE en el Gobierno, es decir PODEMOS, la distorsión no existe. Hay socialismo y no hay libertad. Hay pobreza, que raya con la miseria y dictadura. Nada más. Lo que también hay en España. Y no me resisto a callarlo, es una mezcla de «gentucismo» soportado con el silencio del «membrillismo».