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Hoy Sánchez ha sustituido al Congreso de los Diputados por un café. No deberíamos acostumbrarnos a la soberbia mezclada con arrogancia y desconocimiento de un personaje que lo empobrece todo. Felipe González me dijo hace muchos años que unos hacen grande el cargo que ocupan, mientras que a otros les hace grandes el cargo.
Siempre he pensado que hay otra clase de políticos: los que ni se hacen grandes ellos ni dignifican su mandato. Ahora pienso que existe otra clase más: quien hace pequeño el cargo, mediocre. Menoscaban su magnitud natural, empobrecen la responsabilidad que ostentan. Éste es el caso de Sánchez.
En un cambio de época, en un nuevo tiempo, cuando las relaciones internacionales han cambiado radicalmente, cuando EE. UU hace nuevos amigos y se enfrenta a antiguos socios, el presidente del Gobierno se dedica a regatear la historia que nos toca vivir. Se empeña en empequeñecerlo todo, considera que no es el momento de ir al Congreso a debatir todos estos cambios que harán diferentes los próximos años, muy distintos a los que hemos vivido desde la posguerra de 1945.