El cuento de la lechera

LOS escritores de cuentos de la lechera, especialidad narrativa de eso que se llama «los cenáculos» de Madrid, han alumbrado dos nuevas hipótesis de wishful thinking o pensamiento ilusorio con las que dar por resuelta la crisis de investidura. Después del famoso best-seller sobre el Gobierno de coalición, ya retirado de las librerías, y el de la abstención obligatoria del PSOE ante un pacto del PP con Ciudadanos –igualmente fuera de catálogo por sus predicciones fallidas–, llega a los escaparates la fábula del 25 de septiembre, fecha en la que según los arúspices cortesanos se precipitarán los acontecimientos que deben conducir a la reelección de Rajoy. Esta vez de verdad, palabrita de la buena.

El flamante relato, escrito por infalibles conocedores de los entresijos de la política, augura que el domingo se desencadenarán dos procesos que deben desembocar de manera ineluctable en el desbloqueo de la gobernabilidad de la nación. Por un lado el PNV, una vez ganadas en minoría las elecciones vascas, entablará una negociación con La Moncloa para avanzar en su agenda de autogobierno a cambio del voto afirmativo al candidato popular. De otra parte los barones del PSOE aprovecharán el previsto batacazo en Euskadi y Galicia para armar el definitivo golpe de Estado contra Sánchez, montar una gestora y hacerse el harakiri facilitando el paso a Rajoy tras derrocar el secretario general. De un modo u otro el presidente verá al fin despejado el horizonte y acabará con su propio interinato antes de final de octubre. Los cuentos tienen siempre final feliz.

Y como se trata de un género de ficción autoengañosa no conviene destripar la ilusión de sus crédulos lectores. Quedaría como un aguafiestas odioso cualquier cenizo que aventure que el nacionalismo siempre preferirá entenderse con su tradicional aliado socialista. O que objete que no hay en el PSOE nadie tan loco para entregar el Gobierno a su principal adversario después de provocar una conspiración palaciega en el partido. O que pronostique que Susana Díaz seguirá esperando mejor coyuntura que la de hacerse cargo de una oposición con 85 diputados. O que calcule que Sánchez puede resistir sacando de la chistera una maniobra de emergencia, quizá su propia candidatura para blindarse del acoso interno. Y no digamos qué clase de gafe malasombra sería quien se atreviese a conjeturar que un eventual aunque improbable resbalón de Feijóo podría acelerar a escala regional y nacional la alternativa del acuerdo radical multipartito, ante el que la perspectiva de las terceras elecciones parecería un rayo de luz celestial. No. Los cuentos no se revientan con prosaicos reparos que disipen la magia de su sesgo cognitivo. Aunque como a León Felipe, que era otro agorero melancólico y ceniciento, en estos meses a los españoles nos hayan dormido con todos los cuentos… y nos sepamos ya todos los cuentos.