El desanclaje

IGNACIO CAMACHO, ABC – 15/03/15

· El raquitismo de PP y PSOE en Cataluña, País Vasco y Navarra pone en cuestión el modelo constitucional del Estado.

Hay un problema y tiene mala pinta: el PP y el PSOE están en riesgo de desaparecer en Cataluña, el País Vasco y Navarra. El terremoto que sacude el bipartidismo ha provocado una falla tectónica en los territorios más sometidos a la presión nacionalista. Se trata de un desplome. La masa crítica del constitucionalismo se ha reducido en las encuestas a un grado de mera irrelevancia que en Cataluña salva el auge de Ciudadanos pero en la franja vasconavarra amenaza con una fractura irreversible. Los dos grandes partidos españoles no sólo aparecen superados, como de costumbre, por los nacionalistas burgueses sino también por los extremistas de ERC, Bildu y el recién surgido Podemos. Estos dos últimos pueden incluso sumar mayoría en Navarra, donde la franquicia de UPN también se hunde. En la comunidad vasca la catástrofe es de tal relieve que el voto «de orden» tiende a refugiarse en el PNV. Es la foto de un desanclaje que pone en cuestión el concepto mismo de Estado y la estructura política de España.

La fobia antipolítica, focalizada en las dos fuerzas de estabilidad histórica, se ha mezclado con la ausencia de un discurso nacional sólido para cristalizar en un raquitismo inquietante del proyecto constitucionalista. Los socialistas han pagado la factura de su ambigüedad respecto al soberanismo y de sus continuas dudas de liderazgo, y el PP sufre por un lado el desgaste de impopularidad del Gobierno y por el otro la falta de una oferta ideológica definida que pueda reconocer el electorado disconforme con la hegemonía nacionalista. Esos votantes acorralados no reconocen en los dos partidos de Estado ninguna opción viable y se dispersan en su propio desamparo. En Cataluña han encontrado el dique de Ciudadanos para protegerse pero en el Norte se dibuja un peligro claro de deriva separatista. Esperan cuatro años de zozobra que pueden comprometer severamente el modelo de la nación española.

Lo que se está perfilando en el horizonte de mayo es la más grave crisis territorial desde 1978: una situación de vacío político, cercana al confederalismo de hecho, en el que ninguna organización de importancia significativa tenga raíces sólidas en la totalidad del Estado. Salvo Podemos, y no se sabe qué puede ser peor. Esta vacante del proyecto nacional es el fruto de un fracaso histórico, de un proceso continuado de retroceso por desidia, ineptitud y abandono. Incapaces de dotarse de una articulación válida para toda España, los dos partidos-alfa del sistema han extraviado la idea esencial de la ciudadanía igualitaria.

Se está formando una línea de tensión, un punto de fuga a partir del que se puede disipar la viabilidad del patrón constitucional, cuyo mecanismo sensible permanecía atornillado desde la Transición por la transversalidad bipartidista. Si esa cohesión se vaporiza en las urnas estaremos literalmente ante una nación desensamblada.

IGNACIO CAMACHO, ABC – 15/03/15