Opinión, EL CONFIDENCIAL, 27/12/11
Las minorías ya se lo advirtieron al Rey en su primera ronda de contactos con el Monarca: con Amaiur en el Mixto, la situación del grupo sería muy difícil de gestionar. O, en palabras del nuevo presidente del Congreso, Jesús Posada, “más complicada”. Y no ha hecho falta esperar mucho tiempo para que surjan los primeros roces.
Con siete diputados, los de Amaiur quieren tener más privilegios que el resto de sus compañeros. Algo, hasta cierto punto, comprensible. Sin embargo, lo que asoma ya en el horizonte parlamentario es un conflicto para el que, según reconocen los propios diputados del Mixto, todavía no hay solución fácil porque no existen, tampoco, precedentes semejantes en un grupo, tradicionalmente acostumbrado a otros patrones y rutinas.
“El tema está abierto. Con su negativa, el PP ha conseguido que no tengan grupo y también que perdamos más tiempo decidiéndonos cómo nos acomodamos a la nueva situación”, explica un miembro de las minorías. Amaiur quiere que todo aquello que se reparta esté en consonancia con su peso. Y lo primero con lo que no está de acuerdo es con la ubicación que le ha tocado en suerte, literalmente, en el gallinero del hemiciclo.
El problema de dónde sentarse podría parecer un tema secundario, pero no lo es en la actual tesitura. Iñaki Antigüedad y sus compañeros quieren tener un lugar preferente dentro del hemiciclo. Más concretamente, en los primeros escaños que corresponden al Mixto, justo detrás de la fila de UPyD. Pero para eso necesitan forjarse alianzas internas y en ello están. Han propuesto a los diputados de ERC una oferta con la que aspiran obtener su apoyo. Que los tres independentistas catalanes se sienten en los tres primeros escaños del “quesito” destinado al Mixto y que, inmediatamente detrás, se queden los siete de Amaiur. Un movimiento que, si se logra finalmente, desplazaría al resto de las minorías al fondo que nadie quiere.
Siete de Amaiur más tres de ERC sumarían una mayoría de 10 dentro de un grupo de 18 miembros. Pero la cuestión no es tan sencilla. Porque el resto del Mixto también ha ofrecido a los diputados de Alfred Bosh esos mismos escaños, por lo que la cuestión está, a día de hoy, en tablas y la espera de que se termine de solucionar en una próxima reunión, ya en enero. “El problema es que ellos no quieren estar donde están y el resto no queremos cambiar dónde estamos, por lo que no sabemos muy bien cómo solucionar las discrepancias”, asegura uno de los diputados del Mixto. “Vamos a tener que implantar un sistema de resolución de conflictos”, añade con ironía.
Y falta el ‘melón’ de las comisiones
Pero los problemas internas van más allá y afectan también a otras cuestiones de funcionamiento como grupo. Y todo cuando aún no se ha abierto el melón del reparto de las comisiones, un tema que, tal y como están las cosas, podría ser otra fuente de conflictos interna si los de Amaiur pretenden acaparar las más importantes.
El origen de todas estas tensiones viene de la propia constitución del Mixto, que empezó a funcionar antes de que la Mesa del Congreso rechazase la petición de Amaiur de tener grupo propio. Para cuando los diputados vascos desembarcaron en él, el resto ya había elegido a la canaria Ana Oramas y a la navarra Uxue Barcos como portavoces oficiosas de todo el grupo. Algo que ahora ellos cuestionan y quieren revisar para que la situación se reajuste a sus circunstancias.
Los de Amaiur quieren formar parte también de esa pareja negociadora que gestiona con la Mesa de la Cámara cuestiones como el reparto de despachos, la asignación de asistentes, etc. Algo que ha molestado a la propia Oramas, que quiere saber si cuenta o no con la legitimidad interna del resto del grupo.
Por último, el Mixto ha repartido ya el número de asistentes que corresponden a cada uno de los partidos que integran el grupo. Amaiur tendrá el mayor número, tres, ERC, BNG y Coalición Canaria, dos, y el resto, uno cada diputado.
Opinión, EL CONFIDENCIAL, 27/12/11