Rosario Morejón Sabio-El Correo
Doctora en Psicología y analista de relaciones internacionales
- Merz y Macron defienden un alto el fuego porque mientras Putin habla de ‘paz’ con Trump sigue bombardeando Ucrania
El despliegue diplomático fue encomiable. La ‘coalición de voluntarios’ y los principales dirigentes europeos arroparon a Volodímir Zelenski el lunes en Washington en la reunión con Donald Trump. Si los esfuerzos del ‘pacificador’ prometen prolongarse ante el Kremlin, el ejército ruso prosigue su agresión asentando realidades paralelas: la negociación y el campo de batalla.
Una secuencia de futuros encuentros parece resultar de las conversaciones en la Casa Blanca. El primero sería una entrevista entre Putin y Zelenski, sin emplazamiento ni fecha confirmados aún por Moscú. Seguiría una trilateral, en la que el ‘negociador por excelencia’ demostrará sus dotes. El problema es que Trump sigue sin captar las motivaciones del agresor ruso, cuyos cálculos permanecen inamovibles.
Resolver las ‘causas profundas’ de la «operación especial» de febrero de 2022 sigue siendo el objetivo de Putin. Lo expresó ante la prensa en Anchorage, después ante los máximos responsables rusos al regreso de Alaska: «Todas las causas profundas de la crisis ucraniana deben ser eliminadas» si se pretende una solución. ‘Causas profundas’ es la expresión putiniana para referirse a la voluntad de independencia, soberanía y democracia liberal de Ucrania.
Los europeos acudieron en tromba a Washington jugándose su credibilidad. Ursula von der Leyen, el presidente Emmanuel Macron, el canciller alemán, Friedrich Merz, el primer ministro británico, Keir Starmer, la presidenta del Consejo italiano, Giorgia Meloni, el presidente finés, Alexander Stubb, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. Se dirime la seguridad del Viejo Continente. Y por vez primera, las partes están trastocadas. La crisis ucraniana coloca hoy a Ucrania y los principales europeos frente a Rusia y EE UU.
Concesión en Anchorage. Donald Trump se ha alineado con Vladímir Putin. Llegado a Alaska para arrancar un alto el fuego al presidente ruso, optó por privilegiar la idea de un acuerdo de paz global que él se encarga de organizar entre Rusia y Ucrania. Según el dirigente MAGA, tal como ha gestionado ya la paz entre India y Pakistán, entre Camboya y Tailandia, entre la República Democrática del Congo y Ruanda o entre Armenia y Azerbaiyán.
En París y Berlín salta la alerta ante una negociación con Putin en el marco de un acuerdo de paz global. Esta perspectiva revive el espectro de Minsk: después de la anexión de Crimea por Rusia y la primera intervención rusa en el Donbás en 2014, Francia y Alemania crearon un encuentro cuatripartito con Ucrania y Rusia, bautizado como ‘formato Normandía’ porque se lanzó el 6 de junio de 2014 durante el 70 aniversario del Desembarco aliado.
El ‘formato Normandía’ permitió alcanzar los acuerdos de Minsk; desembocaron en un proceso interminable de negociaciones que Putin no cesaba de alargar, a la vez que mantenía los combates en Ucrania y el control sobre Crimea. Desde entonces los europeos están vacunados respecto a la buena fe de Putin y sus equipos de negociación y sobre la credibilidad de sus compromisos.
En 2025, los europeos tratan de impedir cualquier recompensa a la agresión rusa en el marco de un pacto de paz cerrado de antemano por la pareja ruso-estadounidense. En segundo término, buscan ofrecer a Ucrania suficientes garantías para evitar otro ataque de Moscú. La improductividad de la Administración estadounidense tranquiliza al Kremlin, que no pierde ocasión de fracturar a los europeos. El giro de EE UU reapareció en el mismo recibimiento de Zelenski: «No creo que sea necesario un cese el fuego», aseguró Trump, porque las dos partes quieren un final del conflicto.
Merz y Macron insistieron en dar prioridad a la interrupción de las hostilidades, como paso previo a cualquier acuerdo. «No puedo imaginar un próximo encuentro sin que las armas hayan parado», recalcó el canciller alemán. Lo que es una «necesidad» para la coalición de voluntarios genera enormes dudas sobre sus posibilidades. Los alardes de Trump sobre los deseos de paz de Putin se resumen con una escena en el Despacho Oval narrada por Macron. Mientras el estadounidense hablaba con el ruso por teléfono, «fuimos varios los que le dijimos: ‘Mientras usted departe con el presidente Putin, está bombardeando Ucrania’. Esto demuestra la necesidad de detener las masacres, la necesidad de una tregua. Y también que los hechos hablan de las intenciones».
El presidente francés insistió en la implicación de los europeos. La empresa supera a Ucrania. Se trata de una remodelación de la arquitectura de seguridad en Europa, su visión, métodos, recursos. El calendario de reuniones debe incorporar a Europa después del tripartito Trump-Zelenski-Putin. Al menor bloqueo ruso, las nuevas sanciones anunciadas. Y recordar que Putin mientras pueda ganar por la guerra, no negocia la paz.