Sanchis hizo estas manifestaciones en una entrevista en el programa Els matins de TV3, la primera que da desde su designación por sorpresa el pasado lunes. El PDeCAT se había quejado dos días antes, en comisión parlamentaria, de la cobertura informativa que hizo el medio sobre la corrupción que salpica a CDC. En concreto, por que se hiciera eco de una noticia del diario EL MUNDO sobre las revelaciones de dos testigos protegidos que incriminaban a Artur Mas en el caso 3%.
Sanchis, que reveló ayer que fue sondeado para sustituir al anterior director de TV3, Jaume Peral, el mismo sábado pasado, quiso ayer distinguir entre el control político de la televisión y lo que denominó «televisión gubernamental», un modelo que negó que corresponda al de la televisión autonómica catalana.
El nuevo director de TV3 aseguró que ya contaba con que habría duras reacciones ante su nombramiento, que ha sido criticado desde la oposición, desde sindicatos y desde los mismos profesionales de la empresa. «Esto me hace ser un buen periodista, que todo el mundo esté enfadado contigo», apuntó Sanchis con ironía, para añadir que la televisión catalana funciona «con un sistema de equilibrios». «¿Por qué los partidos del Govern no están contentos con lo que pasa aquí dentro? Eso quiere decir que los equilibrios han funcionado», argumentó.
En cuanto al momento en que se ha producido el relevo al frente del buque insignia de los medios de comunicación públicos catalanes, Sanchis subrayó que «todos somos conscientes de que estamos en momentos muy complicados no sólo políticamente». «Aquí hay mucha tensión, es una estructura de Estado, un instrumento, y se viven momentos difíciles para el panorama televisivo». Su elección, que no fue unánime, se produce en un momento de provisionalidad del órgano de gobierno de la Corporación de Medios, que debe renovar a la mitad de sus miembros.