El discurso regenerador de Ciudadanos y su exigencia de limpieza al PP da sus frutos. Tras enarbolar en las últimas semanas la bandera contra la corrupción, con actuaciones concretas como conseguir la dimisión del presidente de la Región de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, Ciudadanos aumenta 2,5 puntos en intención de voto, según la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) divulgada ayer. El estudio refleja a su vez, un retroceso del PP y de Podemos y una lenta recuperación del PSOE.
La bajada de los populares, que descienden 1,5 puntos, del 33% que el CIS les otorgó en enero al 31,5%, se produce después de la crisis vivida en Murcia que concluyó con la salida de su presidente autonómico –investigado en dos causas judiciales, el caso Auditorio y el caso Lezo–, precisamente por la presión de Ciudadanos. Esto se traduce en un ascenso en la intención de voto del 12,4% al 14,9%, la mayor desde las elecciones de junio de 2016.
Este avance está directamente relacionado con la pérdida de voto del PP. En el momento en que se realizó el sondeo todavía no se había producido la detención y posterior entrada en prisión del ex presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, que ha agravado aún más la imagen pública del PP. En todo caso los populares le sacan más de 11 puntos a PSOE y Podemos.
Pero la encuesta del CIS constata un aumento en la transferencia de voto a Ciudadanos procedente de votantes del PP. Hasta un 4,2% de quienes en 2016 apoyaron a Mariano Rajoy se decantaría ahora por Albert Rivera. Este porcentaje es superior al reflejado en los dos últimos estudios. En enero era del 2,2% (el 2,7% hacían el viaje inverso: de Cs se iban al PP) y en octubre del 2,4%. En ese momento la formación naranja sufría una importante fuga de votantes: el 6,8 de quienes le respaldaron en junio preferían a Rajoy.
Estas transferencias entre los dos partidos del centro derecha se ha estabilizado en los últimas meses pero ahora, por primera vez, beneficia a Rivera. En número de votos no se trata de algo sustancial pero sí pone de manifiesto el éxito de la estrategia llevada a cabo por Cs, que al principio de la legislatura no acababa de encontrar su hueco en el Congreso tras el voto favorable a la investidura de Rajoy. El PP resta importancia a este aumento y sostiene que «no hay tensión electoral». «En el momento de las elecciones, el voto útil volverá al PP», señalan fuentes populares.
El discurso contra la corrupción de Ciudadanos también tiene un efecto llamada para los votantes del PSOE y de Podemos. El 3,2% de los socialistas y el 3,5% de los de Pablo Iglesias respaldarían ahora a Ciudadanos. Este tránsito es un fenómeno reciente, que no se había reflejado en los anteriores sondeos.
También es nueva la pérdida de respaldo de Podemos, que pierde dos puntos tras la asamblea de Vistalegre, y el hecho de que, por sólo dos décimas, el PSOE regrese a la segunda posición. Los socialistas recuperan aliento, pese a que están inmersos en un proceso de primarias para elegir al nuevo secretario general del partido. Después de obtener su peor dato en octubre, con una histórica bajada hasta el 17% de la estimación de voto frente al 21,8% de Podemos, el partido inicia una lenta recuperación. En enero ascendía al 18,6% y en abril crece hasta el 19,9%. Mientras Podemos baja al 19,7%, dos puntos menos que en enero. La formación morada se resiente tras Vistalegre, donde Pablo Iglesias se impuso claramente a Íñigo Errejón, después de un gran enfrentamiento público que orilló completamente el discurso político. La prueba de que en esta división radica la pérdida de apoyo de Podemos es que sólo baja su marca y no sus confluencias territoriales.