EL MUNDO – 25/11/15
· Putin tacha el derribo de un caza ruso por fuerzas turcas en la frontera siria de «puñalada por la espalda» y amenaza con «consecuencias» La OTAN respalda a Ankara pero pide calma.
· No ocurría algo similar desde 1953, en plena guerra de Corea y con los bloques comunista y capitalista con las espadas muy en alto.
· En el marco de otra escalada de tensión mundial, esta vez por la agónica guerra de Siria, Turquía, segundo mayor ejército de la OTAN, derribó ayer por la mañana un avión ruso alegando el derecho a defender su soberanía. Minutos después, denunció Rusia, milicianos opositores sirios golpearon uno de sus helicópteros con armamento entregado por Occidente.
Diecisiete segundos y menos de tres kilómetros. Este es el tiempo y la distancia que un Sujoi 24 ruso se mantuvo ayer dentro del espacio aéreo turco en el distrito sureño de Yayladagi, según denunció Ankara en una carta enviada a Naciones Unidas. Fueron magnitudes cortas, pero suficientes para que Turquía, que llevaba más de un mes denunciando tímidas incursiones en su territorio por parte de la Fuerza Aérea de Rusia, golpeara al avión.
«A pesar de advertirles 10 veces en cinco minutos mientras se acercaba a nuestra frontera, insistieron en continuar con su violación. Este avión fue derribado en una intervención de nuestros F-16», anunció ayer por la tarde el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. «El motivo por el que no han ocurrido antes incidentes peores es por la frialdad mental de Turquía», añadió, recordando que a mediados de octubre Ankara ya denunció ante la OTAN una violación aérea rusa, sin réplica armada.
Estas palabras desafiantes de Erdogan sólo podían obtener su equivalencia agresiva de boca del presidente ruso, Vladimir Putin, con el que por cierto se le ha comparado harto veces. Ayer, Putin aseguró que el derribo de su aparato fue «una puñalada por la espalda llevada a cabo por cómplices de los terroristas», reiterando una acusación, insinuada ya antes, de que Turquía ha oxigenado al IS con el contrabando de petróleo.
Putin denunció que el aparato fue abatido «a cuatro kilómetros de la frontera» turca, dentro de suelo sirio, y que «no era una amenaza para Turquía». Las Fuerzas Armadas turcas lo contradicen, y alegan que atacaron sobre cielo turco. El líder ruso también criticó que Turquía se comunicara antes con la OTAN en lugar de hacerlo con ellos, y advirtió de que «habrá consecuencias»: el Ministerio de Defensa anunció la suspensión de relaciones con Ankara.
«Nos solidarizamos con Turquía y mostramos nuestro apoyo al país y su integridad territorial», declaró ayer por la tarde el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien defendió la posición «inamovible» de los aliados de Turquía. Más allá, no obstante, llamó a Moscú y Ankara a la calma y a «reducir la escalada» de violencia y encontrar una forma de evitar «que se repitan incidentes en el futuro».
Desde hace una semana los rusos, junto a las fuerzas leales al Gobierno del presidente Bashar Asad, tratan de avanzar en el norte de la provincia costera de Lataquía sobre milicias opositoras, algunas respaldadas por Occidente.
Este último aspecto es el más controvertido. La OTAN critica que, en Lataquía, Rusia está actuando en contra de los intereses de la guerra al Estado Islámico, ya que está atacando una zona donde este no tiene presencia. Para Ankara es un asunto especialmente sensible, ya que en esa área viven varias decenas de miles de miembros de la comunidad bayirbucak, una minoría de etnia turca que cuenta con numerosos miembros integrando milicias alzadas contra el Gobierno sirio.
Al cierre de esta edición se desconocía el sino de los dos pilotos del Su-24, de quienes constaba sólo que pudieron eyectarse del aparato tras el impacto del proyectil turco. Alpaslan Çelik, mando del Segundo Regimento Costero del alzado Ejército Libre de Siria (ELS) aseguró que milicianos opositores capturaron los cadáveres de ambos rusos tras dispararles mientras descendían en paracaídas. Fuentes oficiales turcas negaron tal extremo, y aseguraron que trataban de recuperarlos vivos.
Moscú sí confirmó la muerte de un empleado de la Marina en el curso de tareas de rescate de los pilotos del Su-24, en Lataquía. Este murió, supuestamente, cuando opositores sirios emplearon un arma antitanque tipo TOW contra un helicóptero descendido a tierra. Se tiene constancia de que EEUU ha entregado a grupos armados contrarios a Asad varias unidades de este arma, por lo que, se sospecha, el TOW disparado fue entregado por un integrante de la organización transatlántica.
Lo ocurrido ayer resquebraja los esfuerzos emprendidos por Francia, tras la masacre de París, para conformar una alianza de la OTAN y Rusia contra el Estado Islámico. Pese a la escalada de tensión, que algunos vaticinan que seguirá adelante, analistas turcos, como el ex diplomático Sinan Ülgen, enmarcan el incidente en una represalia controlada de Ankara contra los rusos. «Rusia prometió a Turquía recientemente no volver a violar el espacio aéreo turco, pero lo incumplió».
Moscú, de momento, seguirá con su plan de bombardeos pero protegerá sus aviones con un escuadrón de cazas de combate y un buque acorazado, según anunció el portavoz del ejército, el general Serguéi Rudskói. Mientras, la tensión no se detiene en el avispero.
EL MUNDO – 25/11/15