CARLOS SEGOVIA – EL MUNDO – 13/11/16
· El Gobierno ha perdido credibilidad en Bruselas. Sus cifras de déficit nunca son las correctas, critica el comisario europeo Pierre Moscovici.
No hace falta ni que se lo pregunten, porque él mismo saca el tema. Desde la atalaya de su despacho en la planta décima del Edificio Berlaymont de Bruselas, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, enseña los dientes y deja por los suelos la credibilidad de las cuentas que le presenta cada año el Gobierno de Mariano Rajoy. El socialista francés todavía está escocido por el rapapolvo que le echó Jean Claude Juncker el pasado año ante las quejas del Gobierno español, que le acusaba de sectarismo contra el PP. También se quejaba contra él el entonces Ejecutivo portugués de Pedro Passos Coelho.
«Cada vez que intercambiamos cifras con España, la Comisión Europea siempre tiene razón, lo digo con el debido respeto». El socialista francés recuerda que «en la prensa española» se le acusó en octubre de 2015 de haber sido «demasiado duro» con España. «No, nada de eso. No fuimos demasiado duros con España, fuimos demasiado suaves, porque se nos reprochaba que dijéramos que iba a cerrar 2015 con un déficit del 4,6% [en vez del 4,2% que aseguraba Cristóbal Montoro] y en realidad fue del 5%», afirma ante enviados especiales de los principales diarios europeos, entre ellos EL MUNDO. Sí, es un bochorno, pero el mensaje del francés ante la prensa internacional es que ojo con las estimaciones del Gobierno de Rajoy sobre el déficit, porque nunca son serias. Luis de Guindos ha reconocido en público que el francés tenía razón, pero Moscovici sigue escocido.
Hace tiempo que ni él ni su equipo dan credibilidad a las cuentas de Montoro, tampoco ahora en que prevén más déficit para 2017. Su referente en España es la nueva Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que preside el ex jefe de estudios del BBVA, José Luis Escrivá. La versión que Bruselas está recogiendo de la AIReF es que ojo con la ingeniería y con las cuentas de la lecherasobre los ahorros en la reforma de la Administración. Moscovici no ve ningún ajuste de los que se pueden denominar estructurales: «Lo que vemos es que el grueso de la reducción del déficit que calcula el Gobierno español procede del crecimiento económico». Si hay bonanza y entran ingresos, se cumple el déficit, si no, no se toman «medidas efectivas» para evitarlo. «Por eso me reuní el pasado lunes con Luis de Guindos y le pedí que me entregue un plan presupuestario con medidas. Eso hay que hacerlo», sostiene.
Moscovici reivindica además su papel salvador de España y Portugal antes del verano, cuando propuso que no se les multara y se les diera una oportunidad. «Francamente, nadie me dijo entonces que era demasiado duro, sino más bien que era demasiado blando», recuerda. El proceso no ha acabado. Es el mismo Moscovici el que debe proponer al Colegio de Comisarios en las próximas semanas si corresponde mantener congelados unos 1.135 millones a España por no hacer lo necesario para cumplir sus compromisos de estabilidad presupuestaria tampoco en 2016 y 2017. ¿Quiere eso decir que España va a ser sancionada? No seguramente.
Aunque Moscovici se burla de la seriedad de las cuentas españolas, no es partidario de sancionar. Por eso le suavizó la senda a Rajoy, para que cumpliera con facilidad el objetivo en 2016 y parece confirmarse con ver medidas medianamente creíbles para 2017 con las que evitar la sanción. «No queremos polémicas en las conversaciones que vamos a tener con España. Nuestra actitud es constructiva y en la cuestión de los fondos espero que podamos encontrar una solución positiva», desliza.
Quién sabe si para no sentar un peligroso precedente que puede forzar una futura sanción a Francia, el caso es que Moscovici no quiere castigar en esta nueva ocasión. Así lo defendió también en julio, según las actas internas de la Comisión y tampoco ahora, menos aún tras la victoria de Trump. Este ex ministro francés, uno de los más políticos de la actual Comisión Europea, sostiene que tras lo ocurrido en EEUU no toca insistir en la política de austeridad y mano dura. Es de los pocos que defendió en privado en Bruselas que Pedro Sánchez jamás llegaría a pactar con Podemos, pero coincide con Guindos en que castigar ahora a España sería contraproducente y daría alas al populismo.
El francés no hace énfasis -y debería hacerlo para ser justo- en que España crece más que sus socios, pero tan claro enfado y guasa en Bruselas con la falta de seriedad de las cuentas españolas es ya una lamentable sanción para el Estado. Así no se puede seguir.
CARLOS SEGOVIA – EL MUNDO – 13/11/16