RAMÓN PÉREZ-MAURA, ABC – 09/09/14
· Ha autorizado un referéndum en el que, aunque ganase, va a perder. Y, después quiere otro sobre la UE. Inasequible al desaliento, hasta la derrota final.
Quién decía que Rajoy se equivocaba en Cataluña por ser poco activo? ¿Acaso pretendían que lo hiciera tan bien como lo hace en Escocia ese estadista de Downing Street, salido de Eton College y Oxford, que responde al nombre de David William Donald Cameron?
Este referendo escocés tiene una legitimidad incuestionable de la que otras pretendidas consultas inminentes carecen. Pero no por ello puede ocultarse el cúmulo de errores que manifiesta sobre el proceder político de Cameron. Y contra lo que algunos dicen desde que «The Sunday Times» publicara la encuesta de YouGov que da ventaja al «Sí» a la independencia, yo no creo que Cameron debiera verse obligado a dimitir por una hipotética victoria del «Sí». Creo que debería irse aunque ganara el «No».
Como ya quedó explicado en su momento («Los tecnicismos son inútiles», ABC 01-12-13) «Los secesionistas escoceses saben que los sondeos les son muy adversos, pero tienen plena fe en la capacidad de Alex Salmond en campaña». Parece que de eso no se habían enterado en el Gobierno conservador que a estas alturas dice ponerse a toda máquina a contrarrestar el auge del «Sí» independentista. Y lo hace con más concesiones, que solo pueden servir para dar la razón a los independentistas. Es difícil hacerlo peor.
Ya sabemos que en el mejor de los casos para la causa unionista, el «Sí» solo alcanzará un 45 por ciento. Es decir, Cameron ganará una batalla, pero habrá dado a Salmond munición para librar una guerra de incierto final. Porque cualquier resultado por encima de un 35 por ciento de «síes» da legitimidad para pedir nuevos referendos cada 10 o 20 años hasta que salga el cómputo que buscan los rompedores. Y cuando impongan su tesis, olvídense de ninguna otra consulta. Y en esa Europa que tan poco importa a la mayoría de los conservadores británicos, se habrá creado un precedente, inválido para los académicos con conocimiento de causa, pero idóneo para los populistas que pueblan nuestra política. Si lo hace Escocia, todos podemos hacerlo. Tabla rasa. ¡Qué despropósito!
Cuando Margaret Thatcher estaba en el poder sostenía que «los referéndum son ejercicios políticos practicados por dictadores». Poco le han seguido en sus propias filas. Cameron ha autorizado uno en el que, aunque ganase, va a perder. Y después quiere otro sobre la UE. Inasequible al desaliento hasta la derrota final. Los populistas del UKIP mordiéndole los tobillos y él prometiendo una consulta que nada le ayuda en los sondeos electorales.
Lo que sucede es que Thatcher creía que los dictadores manipulaban los referendos para consolidarse y ahora vemos que algunos políticos demócratas se amparan en los referendos para no tomar decisiones y eso permite –a los populistas– tomarlas por ellos. Y así vamos, trotando hacia el precipicio.
RAMÓN PÉREZ-MAURA, ABC – 09/09/14