EL MUNDO – 01/02/15
· Anuncia la muerte de Kenji Goto como represalia por la participación japonesa en la coalición.
Dos días después de expirar el ultimátum, el autodenominado Estado Islámico difundió ayer el vídeo con la decapitación del periodista japonés Kenji Goto. «Abe, por culpa de tu imprudente decisión de tomar parte en una guerra imposible de ganar, este cuchillo no sólo matará a Kenji sino que continuará asesinando a tu gente allá donde se encuentren. Comienza la pesadilla para Japón», amenaza un encapuchado junto al reportero, arrodillado y vestido con un mono naranja. Unos segundos después, el periodista, de 47 años, es ejecutado. El verdugo –que por su inglés británico podría ser el «yihadi John» que protagonizó las ejecuciones anteriores– se dirige además a los «estúpidos aliados de la coalición satánica»: «Tienen que comprender que por la gracia de Alá somos el califato con autoridad y poder. Todo un ejército sediento de vuestra sangre».
El vídeo –de un minuto y siete segundos de duración y titulado «Mensaje al Gobierno japonés»– está producido por Al Furqan, la división mediática del IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés), y fue difundido en cuentas de Twitter de acólitos del califato. La ejecución de Goto –capturado en octubre en Siria– se produce una semana después de la de su compatriota Haruna Yukawa y entierra días de negociaciones indirectas entre los Gobiernos japonés y jordano y la organización yihadista que controla amplias zonas de Siria e Irak. Inicialmente el IS exigió 200 millones de dólares –la cantidad prometida por Tokio para los países de Oriente Próximo que libran batalla contra los extremistas– por liberar a los dos rehenes nipones.
Sin embargo, tras la muerte de Yukawa, modificó su demanda: unió la suerte de Goto a la del piloto jordano Muaz Kasasbeh y prometió salvar la vida de ambos si, antes de «la puesta de sol» del pasado jueves, las autoridades jornadas le entregaban a la terrorista iraquí Sayida Rishawi, condenada a muerte por su fallido ataque suicida contra un hotel de Amán en 2005. El plazo expiró sin noticias de los secuestrados. Desde entonces, Amán –que accedió al canje– había insistido en que necesitaba una prueba de vida del piloto para desbloquear la excarcelación de Rishawi.
El vídeo difundido ayer no informa sobre Kasasbeh, cuya tragedia ha alimentado la antipatía entre la opinión pública jordana hacia la participación de su país en la alianza internacional contra el IS. El militar, de 26 años, fue capturado el 24 de diciembre en la provincia siria de Al Raqqa, cuartel general del califato.
Tras días de absoluto mutismo, el sombrío desenlace empezó a dibujarse desde primera hora de ayer a partir de las declaraciones de altos funcionarios japoneses, que reconocieron que las conversaciones con líderes tribales iraquíes como intermediarios se hallaban en «punto muerto». «Cualquier cosa puede suceder», indicó el ministro de Exteriores nipón Fumio Kishida.
El asesinato de Goto tuvo un rápido eco en Tokio y Washington.
El premier japonés expresó su indignación por «este acto inhumano y atroz de terrorismo» y confesó sentirse «lleno de profundo pesar» tras el fallido intento de salvar a su compatriota. «Nunca perdonaré a estos terroristas. Japón trabajará con la comunidad internacional para llevar a estos criminales ante la justicia», apostilló. Por su parte, la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU Bernadette Meehan condenó «enérgicamente» el crimen y reclamó la «liberación inmediata del resto de rehenes». «Nos solidarizamos con nuestro aliado japonés», añadió. Una horas antes de anunciarse la ejecución de Goto, el grupo yihadista divulgó por internet un vídeo que muestra la decapitación de un supuesto espía de los servicios de inteligencia jordanos.
EL MUNDO – 01/02/15