El presunto etarra Iñaki Domínguez Atxalandabaso, detenido el jueves en Francia a bordo de un tren procedente de Italia, transportaba abundante material electrónico con el que se pueden confeccionar sistemas de activación para decenas de bombas. El primer arresto de un activista de ETA tras el éxito electoral de Bildu evidencia que las estructuras clandestinas dedicadas a las compras en el comercio exterior de dispositivos tecnológicos continúan las tareas de reabastecimiento de los laboratorios de explosivos y falsificación como ya hicieron durante el anterior alto el fuego de 2006 que, a diferencia del actual, no era definido como «general».
Domínguez Atxalandabaso, ‘Txomin’ y ‘Patillas’, nacido en Gernika hace 36 años, fue detenido pasadas las diez de la mañana en el tren Eurocity Artesia 9240 que enlaza Milán con París. Montó poco después de las ocho en la estación Porta Susa de Turín con un billete hasta la localidad francesa de Chambéry. Pero fue interceptado nada más cruzar la frontera transalpina en Modane (departamento de Saboya) por una patrulla de la Policía de Aire y Fronteras francesa. Los aduaneros, que desde principios de año han acentuado los controles a causa de los flujos de inmigrantes tunecinos y libios, sospecharon de su actitud esquiva y nerviosa. Tras pedirle la documentación comprobaron que era falsa y le invitaron a seguirles. Sin ofrecer resistencia se identificó con su nombre real y dijo ser militante de ETA.
El arrestado, que no iba armado ni tenía explosivos, portaba otros dos carnés españoles falsificados además del DNI que presentó a los policías. También llevaba encima unos 2.000 euros y 500 dólares en efectivo. En la maleta con la que viajaba como único equipaje se encontraron siete bolsas de plástico transparente que contenía abundante material electrónico e informático.
De venta libre y sin estrenar
Según el inventario del registro facilitado por el Ministerio del Interior español, se le incautaron varios centenares de circuitos electrónicos, resistencias, diodos, cables, fichas y placas impresas. Este material, de venta libre en el comercio, estaba sin estrenar y corresponde a las versiones de última generación de los artículos. Sirve para confeccionar los dispositivos de activación de los explosivos con los que se ceban las bombas. También entra en la composición habitual de los temporizadores artesanos con los que difiere la detonación de artilugios colocados con antelación contra los objetivos seleccionados.
Además, le fueron intervenidas varias antenas de marcas Proxek y Diamond, de 30 centímetros de largo y color negro. Comúnmente utilizadas por los radioaficionados, son idóneas para la activación a distancia de las bombas mediante telemandos, uso que requiere la presencia física del comando ejecutor en el escenario del atentado.
Asimismo, se le confiscaron varios tubos de neón ultravioletas, un utensilio habitual entre los falsificadores para el control de calidad de las filigranas y otros sistemas de seguridad de los documentos que confeccionan. El equipamiento informático intervenido consiste en un disco duro externo, dos dispositivos de memoria USB y una tarjeta de almacenamiento de datos Micro-SD.
Iñaki Domínguez fue trasladado a última hora de ayer a la sede de la Subdirección Antiterrorista de la Policía Judicial, a las afueras de París, que asumió la investigación por encargo de la Fiscalía de la capital francesa en colaboración con el servicio regional de Lyon. Las pesquisas se orientan, con el concurso de las fuerzas de seguridad italianas, a averiguar los puntos de venta en la región de Turín en los que se sospecha que fueron adquiridos los artículos confiscados. Esta labor, que requiere el uso de divisas extranjeras como los dólares ocupados, es una misión tradicional del departamento internacional, dependiente del aparato político de ETA.
Tras facilitar su identidad y militancia en el momento de ser detenido, Domínguez Atxalandabaso se ha encerrado en el mutismo habitual en los etarras durante los interrogatorios en Francia. Los servicios antiterroristas galos, que tratan de localizar su lugar de residencia, no habían detectado últimamente movimientos especiales de ETA, que parece haber mantenido en hibernación sus estructuras clandestinas de la retaguardia.
EL CORREO, 18/6/11