EL CORREO – 13/09/14
· El lehendakari exige «diálogo» a Rajoy mientras el PNV afirma que «no hay que tener prisa» para el reconocimiento de Euskadi como nación.
El éxito de la Diada, con cientos de miles de personas por las calles de Barcelona reclamando una consulta por la independencia, no alterará los ritmos del Gobierno vasco ni del PNV. El Ejecutivo de Iñigo Urkullu y el EBB no se sienten presionados por las imágenes de la multitudinaria concentración que llenó la avenidas de la Diagonal y la Gran Vía de la ciudad condal ni por el marcaje al que, al hilo de esa manifestación, le está sometiendo la izquierda abertzale. «No arrastraremos a Euskadi a un salto en el vacío», describió la presidenta de los jeltzales en Bizkaia, Itxaso Atutxa.
La formación nacionalista y sus principales dirigentes llevan semanas advirtiendo de que su modelo de actuación es más cercano al utilizado en Escocia –referéndum pactado entre los gobiernos británico y escocés– que al empleado en Cataluña –convocatoria de una consulta acordada entre una mayoría de partidos locales–. Un planteamiento por el que ayer volvieron a apostar los diferentes dirigentes del PNV que se pronunciaron sobre la Diada. Desde el lehendakari al portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka, pasando por la burukide vizcaína y el consejero de Empleo, Juan Mari Aburto, todos reconocieron la tremenda movilización del jueves, demandaron a Mariano Rajoy que abandone su inmovilismo y se apreste al «diálogo», pero insistieron en que no cambiarán el paso ni seguirán el ejemplo catalán. Temen, incluso, como subrayó Aburto, que todo ese proceso lleve a la «frustración» de la sociedad catalana.
Atutxa fue la más clarificadora en su discurso. Aseguró que «no hay que tener prisa» por conseguir que Euskadi sea «una nación reconocida como tal con estatus propio», aspiración a la que, dijo, los jeltzales no renuncian. Y advirtió, entrevistada en Radio Popular, que el PNV «no arrastrará a Euskadi a un salto en el vacío». En Sabin Etxea aún recuerdan los efectos de la Ley de Consultas abanderada por Juan José Ibarretxe y no quieren repetir experiencia. Prefieren una estrategia de mano tendida hacia el Gobierno del PP, a la espera de poder alcanzar un punto de entendimiento sobre un nuevo estatus para Euskadi.
La presidenta del Bizkai buru batzar reconoció que el País Vasco y Cataluña comparten «esa querencia a ser dos naciones» reconocidas «con un estatus propio en Europa y en el mundo», aunque también les diferencian «bastantes cosas». Aludió a «la situación de cada una de las dos naciones», después de treinta años de democracia en España y de haber tomado caminos diferentes durante la Transición. «En Euskadi llevamos un poquito de ventaja», reconoció, porque la arquitectura institucional es «propia y diferenciada», además de «más fuerte y más enraizada», en referencia al Concierto Económico y al autogobierno, al que Jordi Pujol, siendo presidente de la Generalitat, renunció tras el final de la dictadura.
El PNV sí que echa de menos y tiene «cierta envidia» del movimiento social que se ha articulado en Cataluña en torno al derecho a decidir. Una sensación compartida con la izquierda abertzale, cuyos dirigentes también ven con admiración cómo se ha instalado en un amplio sector de la sociedad catalana el convencimiento de que su vida sería mejor sin pertenecer a España.
«Cuestión de tiempos»
Atutxa explicó que Euskadi es «un país plural» con «cuatro grandes sensibilidades ideológicas» –PNV, Sortu, PSE y PP– y lamentó que «nos falta esa cohesión más mayoritaria que tiene la sociedad catalana». «Es cuestión de tiempos», precisó antes de mostrarse convencida de que el País Vasco «ahora lo que no tiene que hacer es tener prisa». «Esto es un país que hay que construirlo muy bien, con cuanta más gente y mayor parte de la sociedad podamos y sobre todo con bases muy sólidas. Los saltos en el vacío los podemos hacer cada uno individualmente pero no podemos arrastrar a un país y, desde luego, nosotros no arrastraremos a Euskadi a un salto en el vacío». Y abogó, frente al modelo catalán y la repercusión mediática de la movilización de Barcelona, por mantener «nuestro camino», aunque eso no signifique «dormirse en los laureles».
El discurso de la líder del partido en Bizkaia se complementó con los del lehendakari, Iñigo Urkullu, y el portavoz del Ejecutivo, Josu Erkoreka, que pusieron sus miras en Mariano Rajoy. Ambos demandaron del presidente del Gobierno «soluciones políticas», «abrir la puerta al diálogo» y ofrecer, tanto a Cataluña como a Euskadi una «respuesta clara, democrática y de fondo». «Nuestra responsabilidad como gobernantes es ofrecer soluciones políticas. El diálogo, la negociación y el acuerdo son la vía para resolver las cuestiones políticas», advirtió el jefe del Ejecutivo autónomo durante la apertura oficial del curso en la Universidad de Deusto.
Una idea que reiteró Erkoreka, para quien la movilización de Barcelona «rompió todos los límites». «Ante un clamor atronador ya no caben los tópicos habituales con los que viene respondiendo el Gobierno central», dijo el portavoz de Ajuria Enea, que insistió en demandar al Ejecutivo central que «cambie el registro y que huya de las invocaciones rituales de la Constitución y de los tópicos habituales». «Hace falta –dijo– una respuesta clara, democrática y de fondo que satisfaga mínimamente a la invocación clamorosa de la sociedad catalana».
Erkoreka abogó, como Atutxa, porque Euskadi siga un camino propio. Entrevistado por Europa Press, el también consejero de Justicia por que Euskadi siga «su propia estrategia», un camino que debe «descansar» sobre unos «consensos» atendiendo a la «realidad sociopolítica» del País Vasco.
EL CORREO – 13/09/14