Santiago González, EL MUNDO, 12/6/11
Ayer se vivió una jornada histórica en un pueblo con vocación municipalista. Una coalición formada por un partido en alegre marcha hacia la nada, 25 años después de haberse desgajado del tronco madre del nacionalismo, una escisión de la Ezker Batua de Madrazo, que en su versión entera parecía un grupúsculo trotskista desde el punto de vista organizativo, y una legión de independientes, que eran los que cortaban el bacalao a la hora de hacer las listas, se hizo con la Alcaldía de San Sebastián.
Así lo quiso un montón de gente, no sólo un Tribunal Constitucional, que tal como apreciaba ayer oportunamente Ángel Expósito en el Congreso conmemorativo de los 30 años de la constitución de la AVT presentaba una anomalía notable: cinco de los seis magistrados que votaron en favor de Bildu no eran jueces. De los cinco que votaron contra ella, sólo uno no era juez. Bien, pues esos cinco ajenos a la carrera judicial que votaron con Pascual Sala no sólo derrotaron a sus compañeros jueces, sino también a un Tribunal Supremo, cuyos magistrados pertenecen todos a la carrera judicial, como es obvio.
El resultado es espectacular desde el punto de vista numérico: 319.000 votos, 1.138 concejales, 123 alcaldes, lo nunca visto. Pero además, ayer consiguió su primer alcalde en una capital vasca: el independiente Juan Karlos Izagirre. En breve nombrará a su primer diputado general: el independiente abertzale Martín Garitano.
Decíamos ayer –en sentido estricto, no se trata de ningún homenaje a Fray Luis– que esa coalición ya había tenido dos alcaldes en San Sebastián (Labayen y Albistur). También de EA había salido un diputado general de Gipuzkoa, Imanol Murua, un modelo de resistente en el lamentable asunto de la autovía de Leizarán frente a ETA-Batasuna, que sí logró doblegar al PNV y al PSE. Por no hablar de Julen Rekondo, alcalde de Hernani en los tiempos más duros.
Todo eso es pasado. EA es hoy un partido que cumple el principio según el cual quien se dispone a construir una pista de aterrizaje para ETA, la usa para despegar él mismo. Tal vez lo de los independientes debió escamar un poco a la mayoría profesoral del TC, como debió mosquear en su día que el secretario general de la marca comprada por Batasuna para las elecciones autonómicas de 2005, PCTV-EHAK, ocupara en las listas un honroso (y discreto) puesto décimo por Bizkaia, y otro tanto les pasara a los dirigentes de ANV.
Inauguramos una semana con la única opción electoral que no condena a ETA ni le pide su disolución. Las almas bellas, encabezadas por el lehendakari, retan ahora a Bildu: es una buena ocasión para condenar la actividad criminal de ETA y exigirle su disolución. No es un análisis muy racional. Justo esta semana, la lógica lleva a pensar que los terroristas y sus cómplices consideran útiles todos y cada uno de los 858 asesinatos cometidos en el pasado medio siglo. Los asesinatos era solo el medio. El fin era esto.
Santiago González, EL MUNDO, 12/6/11