Ramón Pérez-Maura-El Debate
  • Lo malo es que, a los miembros de este Gobierno, al sanchismo todo, con el grado de corrupción que tienen acumulado, lo de Begoña Gómez les parece persecución política porque no alcanzan a ver qué mal hay en sus actos

Ya saben ustedes que toda la Prensa libre de España es definida por el sanchismo como periodismo basura y fascista. Y se quedan tan anchos. Para no ser ninguna de las dos cosas es imprescindible integrarse de pleno en el Equipo Nacional de Opinión Sincronizada. Y una vez dentro, hacerte perdonar tus pecados demostrando una alineación exaltada.

Al fascismo y a la basura parece haberse sumado el Financial Times, que seguramente va a pasar a ser considerado por Bolaños y los suyos como una hoja parroquial de escasa relevancia. Y eso a pesar de haberse fundado en 1888 y disputarse con The Wall Street Journal. la primacía global de la información económica.

Ayer tuvimos la ocasión de contemplar la portada de la edición impresa del Financial Times. Les aseguro que para el prestigio internacional de Sánchez –si es que le queda alguno– fue una bomba. Porque la extensa descripción de los embrollos judiciales que hacía en el interior del diario su corresponsal, Carmen Muelas, era una mera descripción de hechos difícilmente contestables con muy pocas valoraciones. Y como los hechos son tan graves, la dirección del diario lo convirtió en la información más importante del periódico salmón. El titular era demoledor: «Sánchez siente el calor: La mujer del primer ministro español acusada de malversación de fondos públicos».

Las acusaciones que ya acumulaba la mujer del presidente del Gobierno eran, comparadas con esto, pecados menores. Pero la malversación de fondos públicos es un delito de extremada gravedad en cualquier país. Democracia o dictadura. Y si no, que le pregunten a Puigdemont qué hay de lo suyo. Aquí el sanchismo se ha inventado que la malversación del dinero público que hizo el PSOE con los ERE es amnistiable porque no era para beneficio personal de los condenados, sino para beneficio del partido. Como si el que el dinero ayudara a ganar elecciones y a que los socialistas siguieran en sus cargos no fuese un beneficio muy explícito y directo para los condenados.

Pero esa teoría que eximió a la cúpula del PSOE –dos ex presidentes nacionales del partido condenados– no parece fácil aplicarla al caso de Begoña Gómez. La malversación de la que se le acusa es la derivada de que se pagase con dinero público el trabajo de una asistente que le buscaba negocios para obtener un beneficio particular. Y todo eso desde un despacho en la sede de la Presidencia del Gobierno de la nación. Pero lo malo es que, a los miembros de este Gobierno, al sanchismo todo, con el grado de corrupción que tienen acumulado, lo de Begoña Gómez les parece persecución política porque no alcanzan a ver qué mal hay en sus actos.

En cualquier democracia de Occidente, el que se acuse de malversación de fondos públicos a la mujer del presidente del Gobierno tiene un especial agravante. Cualquiera puede entender que un miembro del Gobierno tiene control sobre fondos públicos en razón de su cargo. Y es bastante frecuente en todo el mundo que se den casos de malversación. Muchos o pocos, casi siempre hay. Pero cualquiera de los que hayan leído ese titular se habrá preguntado ¿cómo es posible que la mujer de un presidente del Gobierno tenga acceso a fondos públicos? Y claro, la realidad es que Begoña Gómez sólo pudo malversar fondos públicos porque había la orden del presidente del Gobierno para que se le facilitaran los medios que malversó.

Yo no sé si Begoña Gómez será condenada por esta causa, pero de lo que no tengo ninguna duda es que si lo es, es imposible sostener que su marido estaba al margen del delito. Claro que es capaz de divorciarse y decir que siempre sospechó de ella.

P.S. Y sí, el ministro Bolaños puede acudir al CGPJ a intentar apartar al juez Peinado de la causa. Sospecho que su éxito será perfectamente descriptible. Están muy desesperados.