Pedro Sánchez no quiere adelantar las elecciones generales porque las perdería y porque ello, ante la perspectiva de un Gobierno del PP, abriría una carrera a la desesperada del trío del Peugot, Ábalos, Cerdán y Koldo para confesar ante el juez, lo que abocaría a una posible imputación del presidente del Gobierno y el hundimiento electoral del PSOE.
En línea o peor de lo que anuncian las últimas encuestas electorales como la de Vozpópuli que adelantan la debacle del PSOE hasta el 25 % de los votos y con apenas 100 escaños, mientras que sus aliados de Sumar y Podemos solo logran 12 diputados.
Y cuando el PP de Alberto Núñez Feijóo se situaría en el 35% de los votos con más de 150 escaños y el partido Vox de Abascal por encima del 15 % superando los 50 diputados. Lo que, de confirmarse, le impediría a Sánchez renovar su coalición Frankenstein y por ello, también, se resiste al adelanto electoral.
Sus socios de coalición y los nacionalistas no parecen dispuestos a derribar a Sánchez hasta que cobren sus chantajes. El presidente del Gobierno mantiene, bajo el sarcástico eslogan de ‘Cumpliendo’, su plan de agotar la legislatura hasta julio de 2027, con los PGE de la legislatura anterior
Como tampoco quiere Sánchez la dimisión (al menos hasta la apertura del juicio oral) del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, procesado por el Tribunal Supremo y pendiente de la fecha de inicio del juicio oral. Porque dicha dimisión podría desencadenar un efecto dominó de ‘sálvese quien pueda’, en este fin del Régimen autocrático del sanchismo, que ahora tiene abiertos varios frentes que amenazan la estabilidad parlamentaria del Gobierno.
Aunque, de momento, sus socios de coalición y los nacionalistas no parecen dispuestos a derribar a Sánchez hasta que cobren sus chantajes. Y por ello el presidente del Gobierno mantiene, bajo el sarcástico eslogan de ‘Cumpliendo’, su plan de agotar la legislatura hasta julio de 2027, con los PGE de 2022. E incluso y en fecha próxima un viaje de Pedro Sanchez a Bélgica para rendirle ‘pleitesía’ al delincuente prófugo Carlos Puigdemont.
Así están las cosas mientras Sánchez y familia se van de vacaciones hacia la residencia oficial de La Mareta en Lanzarote, la isla canaria donde coincidirá con José Luis Rodríguez Zapatero (padrino de Nicolás Maduro), que también empieza a aparecer en los escándalos de la corrupción a igual que el lobista Pepiño Blanco, y la presidenta de Navarra María Chivite.
Y ya veremos si en septiembre García Ortiz aguanta la presión que se cierne sobre la Fiscalía General y el propio Gobierno. Donde la ficha del dominó de la ministra de Defensa Margarita Robles (‘la pájara’, según Sánchez) empieza a tambalearse ante el deterioro general, que incluye sus discrepancias con el muy ‘acaparador’ de competencias el ministro Félix Bolaños en el seno del Ejecutivo.
Aún pendiente el pago, a ERC de un ‘cupo’ catalán, como el del País Vasco, rompiendo así la solidaridad territorial y la unidad fiscal de España. Como, en pago al PNV, Sánchez está dispuesto a romper la caja de la Seguridad Social
Y cuando entre los socios del Gobierno proliferan los desencuentros: de Junts con la Aliança Catalana de Sílvia Orriols, de Gabriel Rufián con Oriol Junqueras en ERC, en el seno de Sumar y en su tensa relación con Podemos. Lo que deja la estabilidad del Gobierno cogida con alfileres y con riesgos varios de una ruptura que, por el momento, han conseguido evitar mediante el pago por Sánchez de últimos chantajes de sus aliados. Y ahí incluido, y aún pendiente el pago, a ERC de un ‘cupo’ catalán, como el del País Vasco, rompiendo así la solidaridad territorial y la unidad fiscal de España. Como, en pago al PNV, Sánchez está dispuesto a romper la caja de la Seguridad Social.
Lo que provocará la rebelión de Comunidades Autónomas gobernadas por el PSOE, como Asturias y Castilla La Mancha, que se unirán a las del PP. Y ya veremos qué hacen en Podemos y Sumar ante el anuncio, por parte de la vicepresidenta tercera Sara Aagesen, de una nueva prórroga a las centrales nucleares en prevención de un nuevo apagón eléctrico nacional.
De momento el procesamiento del fiscal general ya le ha emborronado a Sánchez su pretendido balance económico ‘triunfal’ (que desmontan las últimas encuestas electorales) del ecuador de la legislatura. Y todo apunta a que, a la vuelta del veran,o se conocerán más datos e informes de la UCO al Tribunal Supremo sobre la corrupción de Ábalos, Cerdán y Koldo, así como la fecha de la apertura del juicio oral de García Ortiz y puede que también de los juicios de la esposa y del hermano de Pedro Sánchez, Begoña Gómez y David Sánchez.
Lo que augura un otoño caliente político, mediático, judicial y policial del que Sánchez difícilmente se podrá escapar mientras hace equilibrios malabares para permanecer en el poder. A sabiendas,el presidente de que corre el riesgo de acabar imputado ante el Tribunal Supremo a nada de que uno o los tres viajeros que le acompañaron en el famoso viaje del Peugot, Ábalos, Cerdán y Koldo, decidan ‘cantar’ ante un juez.