Pablo Sebastián-Vozpópuli
Exhiben sin el menor pudor sus modelos autocráticos, su inicial marcha hacia delante y sus inmediatas marchas atrás
En el solemne funeral por la muerte del Papa Francisco, que se celebra este sábado en la Basílica del Vaticano, van a coincidir primeros gobernantes del viejo y democrático ‘orden internacional’ que en Occidente lidera la Unión Europea, con la presencia de Van Der Leyen, Macron, Starmer y Merz, y el pretendido y pro autocrático ‘nuevo orden’ conservador que encabeza el presidente de EE.UU, Trump, en la compañía de Meloni, Orban y Milei.
Una cita donde destaca la ausencia del presidente del Gobierno español Pedro Sánchez por causa de sus recientes desencuentros con el Rey Felipe VI que estará al frente de la delegación española. Lo que constituye un nuevo motivo para la preocupación nacional por las discrepancias entre las jefaturas del Estado y del Gobierno que abundan en los problemas españoles de todo orden y en el deterioro institucional, incluso en el interior del Ejecutivo
Lo que, por otra parte, coincide con el primer aniversario de ‘la carta a la ciudadanía’ en la que Sánchez anunció cinco días de reflexión para decidir si le ‘valía la pena’ seguir al frente del Gobierno, tras lo que consideró un ataque político e infame de la oposición, jueces y medios contra su amada esposa, Begoña Gómez, que está imputada en los tribunales por presuntos delitos de tráfico de influencias, apropiación indebida y malversación que se derivarían de sus negocios particulares en la UCM.
El Cónclave decisivo
El mundo que deja el Papa Francisco está inmerso en graves turbulencias políticas, económicas, bélicas (en Gaza y Ucrania) e ideológicas. De ahí el enorme interés que suscita la elección en el Cónclave de Roma del nuevo Papa y su posible ubicación ideológica, por cuanto sabida es la influencia que en todo el mundo ostenta el Sumo Pontífice como máxima autoridad en el ámbito cristiano. Influencia que se hará visible en la batalla en curso sobre el modelo del nuevo orden internacional.
Trump -que además pretendió cesar al presidente de la FED Jerome Powell- parece haber entrado en el camino de la rectificación arancelaria. Una senda que se dice ‘de sabios’ y en la que en España tenemos a todo un maestro como lo es Pedro Sánchez
A la espera de la ‘fumata blanca’, estamos asistiendo en Washington a un esperado reguero de rectificaciones por parte del presidente Trump que, a la vista de los daños sufridos en sus mercados, bonos del Tesoro y riesgo de recesión, parece haber decidido rectificar su demencial guerra comercial de aranceles. En la que puso en el punto de mira a la Unión Europea (de la que dijo que ‘lleva 50 años estafándonos’) con un incremento del 20 % de las tasas comerciales y a China, a la que llegó a imponer aranceles de hasta ¡el 240 %!
Pero Trump -que además pretendió cesar al presidente de la FED Jerome Powell– parece haber entrado en el camino de la rectificación arancelaria. Una senda que se dice ‘de sabios’ y en la que en España tenemos a todo un maestro como lo es Pedro Sánchez aunque él justifica sus rectificaciones como simples ‘cambios de opinión’.
Como lo vimos en sus mentiras electorales (sobre su pacto de coalición con Podemos, los indultos y amnistías catalanas, etc). Y ahora con su anuncio de aumento para este año de 2025 del 2% del PIB en gastos de Defensa, o la doble y pintoresca rectificación de Sánchez y Marlaska sobre el comercio de armas y municiones con Israel.
Un documento aprobado en el Consejo de Ministros que parece plagado de trucos -como llamar Defensa a las catástrofes ambientales- que probablemente no aceptará la OTAN
Lo que ha dado pie a una revuelta ‘verbal’ y de escaso recorrido de Sumar en el seno del Gobierno, pero sin la dimisión de sus ministros ni ruptura de la coalición. Por miedo de Yolanda Díaz a perder sus cargos públicos y temor a un adelanto electoral cuando las encuestas le ofrecen malos resultados a los candidatos de Podemos y Sumar.
Lo que le garantiza a Sánchez la culminación de la legislatura y le permite el aumento del gasto de Defensa sin debatirlo y sin someterlo a votación en el Congreso. Un documento aprobado en el Consejo de Ministros que parece plagado de trucos -como llamar Defensa a las catástrofes ambientales- que probablemente no aceptará la OTAN. Y todo ello cuando este Gobierno, violando el mandato constitucional, sigue sin presentar ante las Cámaras del Parlamento unos nuevos y necesarios Presupuestos Generales del Estado.
‘No es viable porque yo tengo entendido que los tanques italianos tienen una sola marcha hacia delante y cuatro marchas hacia atrás’. El ministro Italiano de Defensa enfureció y Schmidt le tuvo que pedir perdón
En esto de las rectificaciones de Trump y Sánchez quizás convenga recordar una anécdota ocurrida en el seno de la OTAN cuando el entonces ministro de Defensa alemán Helmut Schmidt (que luego llegó a ser canciller) provocó un incidente a propósito del debate sobre la necesidad de homologar en los países europeos aliados un modelo único para los carros de combate.
Fue entonces cuando un periodista preguntó a Schmidt sobre el prototipo de carro de combate que había presentado Italia, que Schmidt descalificó con este sarcástico comentario: ‘No es viable porque yo tengo entendido que los tanques italianos tienen una sola marcha hacia delante y cuatro marchas hacia atrás’. El ministro Italiano de Defensa enfureció y Schmidt le tuvo que pedir perdón.
Pues bien, en esto de las rectificaciones y en sus modelos autocráticos en el ejercicio del poder Trump y Sánchez, a pesar de sus diferencias ideológicas, van de la mano (de especial manera en sus ataques a jueces y periodistas). Y sin el menor pudor exhiben sus modelos autocráticos, su inicial marcha hacia delante y sus inmediatas otras cuatro marchas hacia atrás. Donde ahora se se esperan la rectificación de Trump sobre los aranceles y el presidente de la FED y las propias de Sánchez sobre el rearme español y negocios con Israel.
Pero no sobre el acompañamiento de Sánchez a los Reyes de España durante el funeral del Papa Francisco, a quien tanto Sánchez como su ministro Bolaños, de luto riguroso, no dudaron de llenar de elogios y de presentarlo como el ‘Papa de los pobres’, un amigo de la España (a la que se negó a visitar) y, en suma, como avalista del Gobierno del PSOE.
Un Papa Francisco con sus luces y sus sombras que en la Historia está. Y la Historia no tiene marcha atrás.