ABC 27/08/16
· La vicepresidenta insta a todos los partidos a que asuman «su responsabilidad»
A cuatro días del debate de investidura de Mariano Rajoy, en el Palacio de la Moncloa no se ha perdido toda la esperanza de que pueda producirse un cambio de última hora en el PSOE, instalado desde enero en el «no» a un acuerdo con el PP. La repetición de elecciones ya es una posibilidad normalizada en cualquier conversación política, pero para el Gobierno sigue sin ser una opción aceptable, al menos en este momento. «No estamos trabajando en unas terceras elecciones, que harían daño al sistema», advirtió ayer de forma tajante la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.
· «Sin elecciones»
«La mejor manera de solucionar la fecha de elecciones es que no las haya»
· Acuerdo «importante», pero insuficiente
La vicepresidenta destacó que el acuerdo entre el PP y Ciudadanos supone una mayoría «amplia e importante», pero sigue siendo «insuficiente»
· Agotar todas las posibilidades
«Debemos agotar todas las posibilidades de formar Gobierno. Hay que dar respuestas a los ciudadanos y no tensar más la situación»
Como informó ABC, en Moncloa se han pedido ya los informes jurídicos correspondientes para evitar, llegado el caso, que las elecciones coincidieran con el día de Navidad. Pero se trata de un informe puramente «preventivo», para estar preparados ante una contingencia que consideran indeseable desde todo punto de vista, como es la vuelta a las urnas por tercera vez en solo un año, algo nunca visto en la política internacional.
«Sería inexplicable»
«La mejor manera de solucionar la fecha de unas terceras elecciones es que no las haya», insistió Sáenz de Santamaría. A su juicio, llevar a los españoles
de nuevo a las urnas sería «inexplicable». «No sería bueno para el sistema, los ciudadanos lo que quieren es un Gobierno y yo creo que ya está bien de preguntarles tanto a los ciudadanos y de no asumir nosotros nuestra responsabilidad de llegar a acuerdos para darles una respuesta», comentó.
Ayer, después del Consejo de Ministros número 32 desde que el Ejecutivo está en funciones, Sáenz de Santamaría insistió en que España «necesita un Gobierno» cuanto antes, y no se puede permitir más tiempo de incertidumbre. Por eso se dirigió de forma
especial al PSOE y a su secretario general, Pedro Sánchez: «Les pido responsabilidad, y que sean muy conscientes de lo que demandan las circunstancias y del momento que vivimos».
El Gobierno de Rajoy considera «importante» el acuerdo que se ha estado preparando en el Congreso de los Diputados, entre el PP, Ciudadanos y Coalición Canaria, durante toda la semana, pero subraya una y otra vez que no será «suficiente». Los 170 votos que suman esas tres formaciones se quedan cortos para lograr la investidura de un presidente del Gobierno. Hacen
falta seis «síes» u once abstenciones más del PSOE.
Fuentes próximas a Rajoy dejaron claro que esos votos «extras» se buscarán exclusivamente en el PSOE hasta el último minuto. Los populares no intentarán el flirteo con el PNV, que ya ha expresado su rechazo frontal a Rajoy, ni mucho menos con los independentistas catalanes.
Mayoría amplia
La vicepresidenta destacó que la suma de 170 escaños constituye una «mayoría muy amplia», que podría garantizar la estabilidad política y la recuperación económica, pero sigue siendo imprescindible la participación del PSOE para que la legislatura eche a andar y se salga del bloqueo político.
En los pasillos de Moncloa, cuando se pregunta al Gobierno en funciones si todavía existe un hilo de esperanza de poder acabar con éxito el debate de investidura de la semana que viene, el gesto es de escepticismo profundo, pero el discurso sigue siendo que «corresponde intentarlo y dar la batalla hasta el último minuto». «No tiramos la toalla», aseguran, sin mostrar excesivo convencimiento.
El presidente en funciones tiene previsto viajar a Hangzhou (China) después del debate de investidura, para participar en la cumbre del G-20. «España tiene una silla reservada, y no la puede perder», comentan en La Moncloa ante la posibilidad de que no asistiera Rajoy. Este viaje inmediato a China, para estar presente los días 4 y 5 de septiembre, puede dar una idea de que no se espera que la investidura acabe con éxito, pues eso supondría la jura del presidente del Gobierno y la formación de su Ejecutivo en los días inmediatamente posteriores a la segunda votación, la de la tarde-noche del 2 de septiembre.
La cuenta atrás
El plazo de los dos meses previstos por la Constitución para investir un candidato antes de convocar nuevas elecciones empezará a correr el miércoles 31 de agosto, el día de la primera votación. El candidato del PP acude al debate con ánimo de conseguir su investidura, y no pensando en esa cuenta atrás de los dos meses. «Vamos al debate de investidura con ánimo de seguir trabajando para lograrlo. No queremos terceras elecciones. No hay que devolverles la papeleta a los ciudadanos», reiteró la vicepresidenta del Gobierno en funciones.
El PSOE, sin embargo, se ha mostrado absolutamente inflexible ante una posible abstención en la votación, que permitiera a Rajoy ser presidente por mayoría simple en la segunda votación.
Debate del PSOE
El debate interno del Partido Socialista apenas ha existido, más allá de las llamadas a la reflexión de Zapatero o de los «consejos» de Felipe González y otros dirigentes históricos. Los barones socialistas supuestamente críticos no han levantado la voz y, en todo caso, lo que se ha escuchado en los últimos días han sido más llamamientos internos para intentar una candidatura alternativa, si fracasa Rajoy el 2 de septiembre, junto a Podemos y los independentistas, pues sin estos sería imposible, por una cuestión aritmética.
Uno socialista veterano como es Odón Elorza escribía ayer una «carta abierta a los defensores de otras elecciones anticipadas», en la que compara la investidura de Rajoy con una «moción de censura», y anima a Pedro Sánchez a recuperar «la iniciativa política», en cuanto el candidato del PP «fracase» el 2 de septiembre, para que España tenga por fin «un gobierno y una oposición», y «sin miedo» a ninguna reacción de Podemos.