ABC 26/03/16
· La comparecencia de los ministros de Interior y de Justicia ahonda la crisis política
Pasados los ecos de los atentados, a los belgas les va a tocar un ejercicio de reconstrucción moral, después de las escandalosas revelaciones que se van conociendo. Ayer comparecieron ante el Parlamento los ministros de Interior y de Justicia que ya han presentado su dimisión, aunque todavía no ha sido aceptada, para reconocer que ha habido claros casos de «negligencia» en la gestión de la información sobre los terroristas, uno de los cuales fue deportado dos veces desde Turquía sin que se tomase ninguna medida para detenerlo. También se ha revelado que después del atentado del aeropuerto se decidió evacuar el metro, pero no llegó a llevarse a cabo antes de que estallase la segunda bomba en la estación de Maalbeek. Y, para mayor escarnio, el presidente turco, Tayip Erdogan, volvió a acusar a las autoridades belgas de «incapaces» e «incompetentes».
· KOEN GEENS, MINISTRO DE JUSTICIA
«Por supuesto, habrá que verificar si el conjunto de informaciones fueron tratadas y comunicadas correctamente»
· JAN JAMBON, MINISTRO DE INTERIOR
«Tras una reunión con la Policía federal, solo he podido concluir que alguien ha sido negligente» en el caso de El Bakraoui» Conflicto diplomático El presidente turco, Tayip Erdogan, culpó a las autoridades belgas de «no hacer lo que era necesario» y las tachó de «incapaces» e «incompetentes»
El ministro de Interior, Jan Jambon, admitió en su comparecencia que es «inaceptable» que la policía no actuase ante la evidencia de las informaciones procedentes de Turquía sobre Ibrahim El Bakraoui, que describían claramente a un terrorista que estaba intentando llegar a Siria o regresaba de aquel país en guerra. Ni siquiera ha intentado defenderse del escándalo culpando al agente de enlace en Turquía de haber faltado a sus obligaciones, aunque ha anunciado que este funcionario será sancionado. Según el relato del ministro, este no informó a tiempo de que El Bakraoui, uno de los suicidas de los atentados del pasado martes, estaba siendo deportado desde Estambul a Ámsterdam por las autoridades turcas. «Podemos concluir que al menos, hay una persona que ha sido negligente», porque aunque sabía que este individuo de nacionalidad belga ya tenía antecedentes delictivos y había sido detenido en las proximidades de la frontera siria, no procesó la información. El terrorista, entonces en libertad condicional, estaba siendo expulsado el pasado 14 de julio de Turquía, pero el funcionario de enlace no informó de ello hasta seis días después, por lo que no pudo ser detenido al bajar del avión en Ámsterdam. La razón por la que fue expulsado a Holanda y no a Bélgica es que disponía de un billete de vuelta a ese país. En cualquier caso, las autoridades holandesas hubieran podido detenerlo de haberlo sabido a tiempo.
También ha reconocido que Ibrahim El Bakraoui figuraba junto a su hermano Khalid, en una lista norteamericana de terroristas. Otros de los autores de los atentados habían sido identificados por la policía francesa y según el ministro, incluso España tenía «alguna información». Bélgica parece ser el único país al que todo esto le ha pillado por sorpresa. El ministro también ha informado de que se ha abierto otra investigación para determinar si es cierto que la policía local de la ciudad flamenca de Malinas, al norte de Bruselas, ya conocía en diciembre datos sobre el paradero de Salah Abdeslam, entonces intensamente buscado por su participación en los atentados de Paris, pero no los puso en conocimiento de la policía federal.
Mientras los dos ministros y su colega de Asuntos Exteriores comparecían ayer ante una comisión parlamentaria, el presidente turco se permitía seguir criticando con saña a las autoridades belgas a las que ha llamado «incompetentes». «Detuvimos a este hombre, le deportamos y estos señores no hicieron lo que era necesario y estos gobiernos incompetentes le liberaron». En otras circunstancias es posible que el Gobierno belga hubiera cursado una protesta diplomática. Ahora no tienen más remedio que bajar la cabeza, sabiendo que se trata de un gesto que tiene como origen la irritación que le provocó al primer ministro turco Ahmet Davotuglu la presencia de manifestantes kurdos ante el Consejo Europeo durante su visita de hace una semana. «Permitieron que miembros de organizaciones terroristas y separatistas instalaran sus tiendas de campaña justo al lado del Consejo Europeo ¿Y qué ha pasado? ¿Qué pasó dos días después?» dijo ayer en un discurso en el interior del país.
No se llegó a evacuar
La comparecencia de los ministros ha servido también para saber que las autoridades tampoco lograron llevar a cabo su decisión de evacuar el metro, lo que tal vez hubiera podido limitar el numero de víctimas. Según el relato del ministro, las dos explosiones de Zaventem ocurrieron a las 07.58 horas. Inmediatamente se reunió la célula de crisis, que dio prioridad a la atención de los heridos. A las 08.50 horas se decidió evacuar el metro como medida de precaución. A las 9.04 horas, el OCAM, el organismo que decide el grado de amenaza, decretó nivel de alerta 4, el máximo posible, lo que supone automáticamente la puesta en marcha del plan de emergencia ante un ataque terrorista. Siete minutos después, a las 09.11 horas se produjo la explosión en un vagón del metro cuando se encontraba en la estación de Maelbeek.
Tal vez esa era una maniobra imposible de llevar a cabo en tan poco tiempo, incluso que el hecho de que se hubiera anunciado no habría podido detener la determinación del suicida que hizo estallar las bombas. Eso ya no se sabrá nunca.