EL MUNDO 11/10/13
· La Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) –más conocida como Ley Wert– salió ayer del Congreso con los únicos votos del PP y herida de muerte. Ningún partido de la oposición –ni siquiera UPN, socio habitual de los populares– la apoyó. Casi todos prometieron que la derogarán cuando el PP pierda la mayoría.
La consejera de Enseñanza de la Generalitat de Cataluña, Irene Rigau, dio a entender que no la aplicará, ya que sus escuelas trabajarán con la norma autonómica.
La consejera catalana fue lo suficientemente ambigua como para que no se entienda que su Gobierno va a ser insumiso a la norma. «En septiembre, los centros en Cataluña deben lógicamente aplicar la normativa de la Generalitat y el Gobierno autonómico estudiará atentamente cuál es el contenido de la ley estatal, hará el recurso pertinente y actuará en consecuencia. (…) No hablo de insumisión, sino de un trato muy ajustado de la normativa», añadió.
Rigau aseguró que los centros educativos «deben poder trabajar tranquilos, poniendo en práctica la normativa de la Generalitat y sus propios proyectos pedagógicos». Y que será su Ejecutivo «quien defienda el modelo lingüístico». Cristina Uriarte, su homóloga en el Ejecutivo vasco, añadió que hará «todo lo posible» para preservar el sistema vasco.
Mientras, el Pleno del Congreso aprobaba el proyecto de ley y lo enviaba al Senado. Hacía décadas –más de 20 años– que una ley educativa no nacía con un grado de rechazo tan alto. Desde 1990, según el PSOE, ninguna norma educativa había salido de las Cortes con el voto en solitario de un partido.
Tras el debate, en el que todos los grupos vapulearon a José Ignacio Wert, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, salió a la puerta principal del Congreso acompañado por los portavoces de casi toda la oposición. Los diputados del PSOE, CiU, La Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), PNV, ERC, BNG, CC, Compromís, Geroa Bai y Amaiur se hicieron una histórica foto detrás de Rubalcaba para visualizar la futura mayoría que derogará la norma del Gobierno de Rajoy en cuanto tenga oportunidad.
UPyD, que también rechaza la Lomce, no quiso unirse a la foto porque «los que posan defienden proyectos antagónicos, muchos en las antípodas de lo que propone UPyD», según fuentes del partido.
Como explicó gráficamente Joan Baldoví, de Compromís-Equo, la Ley Wert será desde hoy «un zombi que se arrastrará torpemente hasta que el PP pierda la mayoría absoluta».
La norma que ahora se seguirá discutiendo en el Senado recupera la reválida, convierte la Religión en una asignatura evaluable que contará para la media, suprime la Educación para la Ciudadanía y hace que el castellano sea lengua vehicular en toda España, junto a los idiomas autonómicos allí donde sean oficiales.
En el inicio del debate, el ministro renunció a defender su ley y esperó a escuchar las lindezas que le dedicó casi todo el Hemiciclo. Los portavoces de la oposición, uno tras otro, la fueron tildando de «segregadora», «sectaria», «injusta», «retrógrada» y «centralizadora». Tras estas intervenciones, Wert tomó la palabra con un tono sosegado y aseguró que la ley reducirá el alto abandono escolar temprano (de un 25%) y las elevadas tasas de repetición.
Wert también puso énfasis en que la Lomce permitirá que todos los alumnos españoles terminen sus estudios con un buen conocimiento del castellano y de las demás lenguas oficiales en sus respectivas CCAA.
Casi todos los portavoces comenzaron su intervención de ayer anunciando la intención de sus partidos de «proceder a la derogación de la ley en cuanto cambie la actual mayoría parlamentaria». El portavoz de Educación socialista, Mario Bedera, aseguró a Wert –que mantuvo toda la mañana un gesto contrariado– que se le recordará como «el ministro que intentó acabar con la educación pública».
Bedera añadió que la norma «crea problemas donde no los hay». El diputado rechazó la norma por ser «tremendamente injusta», por «romper la igualdad de oportunidades» y «hacer mucho más difícil que los hijos de las familias desfavorecidas lleguen a la universidad».
La diputada de IU Caridad García, vestida con la camiseta verde reivindicativa de la escuela pública, advirtió de que la Ley Wert será «breve» y recordó que ha batido todos los récords de rechazo en el Congreso, con 11 enmiendas a la totalidad. García acusó a Wert de querer acabar con la equidad, la igualdad de oportunidades y la escuela pública.
El portavoz adjunto de UPyD, Carlos Martínez Gorriarán, fue menos duro, aunque también votó en contra del texto. El diputado se felicitó de que el PP haya admitido enmiendas de su formación –como la que hace vehicular al castellano en toda España–, pero criticó que no se haya hecho una norma con la ambición de durar 20 años por ser excesivamente detallada. Además, criticó que Wert no se ha atrevido a «acabar con los 17 subsistemas educativos».
Los nacionalistas catalanes hicieron hincapié en que la norma es «un atentado» contra la inmersión lingüística. «En Cataluña no aplicaremos esta ley», espetó Joan Tardà, de ERC; «Franco intentó matar nuestra lengua y no lo consiguió; usted tampoco», le dijo al ministro.
El portavoz de Amaiur, Xabier Mikel Errekondo, también aseguró: «Jamás permitiremos que se imponga en nuestras escuelas; ¡no pasarán!». Posteriormente, y buscando la foto, comenzó a hablar sólo en euskera. Al ser llamado al orden por el presidente del Congreso, Jesús Posada, aseguró: «Ésta es su educación, obedecer y callar, y si no, castigado». Entonces, cogió dos libros y puso los brazos en cruz. Así permaneció más de un minuto, hasta que Posada le advirtió de que, si consumía su tiempo en silencio, no podría volver a tomar la palabra. Errekondo concluyó el número y abandonó satisfecho la tribuna.
EL MUNDO 11/10/13