EL CORREO 01/03/13
· Los recortes alejan a PSE, Bildu, PP y UPYD mientras el PNV insiste en apelar a la responsabilidad frente a la crisis y confía en aprobar las Cuentas
Pintan bastos para el Gobierno de Iñigo Urkullu. Su primera aproximación a la oposición para exponer las líneas maestras de los Presupuestos vascos para 2013 no ha logrado suscitar el más mínimo atisbo de apoyo o disposición a colaborar en la aprobación de las Cuentas por parte de PSE, EH Bildu, PP y UPyD. Más bien al contrario, todo el arco parlamentario ha reaccionado con una mueca de disgusto ante un boceto que consideran insuficiente e inconcreto y que, han coincidido, revelaría «desinterés» en el propio Ejecutivo jeltzale a la hora de sumar voluntades en torno al proyecto. «Nos han dejado claro que no se nos estaba pidiendo nada y por eso cabe pensar que no hay intención de sacar adelante los Presupuestos», resumió Arantza Quiroga en nombre del PP, el último en reunirse, ayer, con Ricardo Gatzagaetxebarria.
Más allá de la falta de concreción –de la que se han quejado todos los interlocutores del consejero de Hacienda y Finanzas, encargado de ‘socializar’ el Presupuesto en una primera ronda «informativa»–, los contactos preliminares entre el Ejecutivo jeltzale y el resto de grupos han puesto de manifiesto la enorme dificultad que encontrará el Gobierno vasco, seriamente limitado por su situación de minoría, sin más apoyos garantizados que el de los 27 parlamentarios del PNV, para sacar adelante las Cuentas. Habrá que esperar, no obstante, a que el proyecto se presente oficialmente y sea remitido a la Cámara, el próximo 12 de marzo, para calibrar la base real de apoyos con que puede contar.
En todo caso, y tras la comparecencia pública de Urkullu el pasado miércoles para demandar «realismo» y compromiso con el país en sus horas más bajas, el Ejecutivo mantiene la calma y el PNV dice tener la confianza de salvar una prórroga presupuestaria que ve «inviable» en las actuales circunstancias. «Eso no es una opción», sentenció la nueva presidenta del PNV vizcaíno, Itxaso Atutxa, que subrayó que con una caída en el techo de gasto de 1.250 millones de euros y un endurecimiento de los objetivos de déficit es imposible manejarse con las Cuentas de 2012. «Y el PSE, que ha estado en el Gobierno, lo sabe claramente», añadió, entrevistada en ETB. Pese a las caras largas que pasearon todos los grupos, sin excepción, tras entrevistarse con el consejero de Hacienda –el PP, el único que lo hizo ayer, dijo ver al Ejecutivo «cómodo» con la prórroga– , también Joseba Egibar mantuvo el optimismo que ya había exhibido con anterioridad el lehendakari. El portavoz parlamentario jeltzale dijo confiar en que el resto de fuerzas políticas «posibiliten» la aprobación de las Cuentas y recordó que la fase de «negociación» propiamente dicha aún no ha empezado.
Los argumentos del Ejecutivo y del PNV para sostener esa confianza en el acuerdo presupuestario –presumiblemente para propiciar la abstención de PSE y PP, dado que lograr una mínima complicidad de EH Bildu o del único parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro, se antoja bastante más complicado– son básicamente dos. Por un lado, la extrema crudeza de la situación económica y la consecuente dificultad de las fuerzas de la oposición para explicar a la opinión pública en tiempos de crisis un movimiento político enfocado a tumbar el Presupuesto. En ese sentido, Egibar recordó ayer que el PNV no presentó enmiendas de totalidad la pasada legislatura a los sucesivos Presupuestos del Gabinete López –que tenían, en todo caso, garantizada su aprobación gracias a los populares, entonces socios preferentes– para «no entorpecer» el funcionamiento de las instituciones en tiempos de zozobra económica.
La segunda razón que permite al Gobierno mantener el optimismo es el carácter de «apuesta política» que dicen haber imprimido a las Cuentas, al optar «sin ambages» por mantener «la totalidad» de los servicios sociales básicos, aunque eso suponga el 73% del total disponible –9.200 millones de euros– para elaborar el Presupuesto. Así, según detallan en el Ejecutivo, está plenamente «garantizado» el mantenimiento de los servicios de salud, el gasto farmacéutico, las concertaciones educativas, la renta de garantía de ingresos y otras ayudas vinculadas a la exclusión y la dependencia y el empleo público. En total, 6.700 millones de euros para sufragar ese «paquete social básico» que en el Ejecutivo ven como una apuesta progresista y social que incomoda a aquellas formaciones, esencialmente el PSE y la izquierda abertzale, que exhiben más perfil de izquierdas. Pero, insisten, confían en que la Cámara dará luz verde a unas Cuentas «impecables» que «cumplen con lo prometido» en campaña. De hecho, y aunque todos los departamentos ven sensiblemente mermado su presupuesto –con recortes que oscilan entre el 4% de Salud y el 36,5% de Lehendakaritza– en el Gobierno insisten en que las partidas asociadas al gasto social básico se mantienen «intactas» pese al tijeretazo general.
No obstante, todos los grupos de la oposición son extremadamente reacios a dar su apoyo sin contrapartidas a unas Cuentas que, hoy por hoy, son de pura resistencia e implican vincular sus siglas a los duros ajustes que será necesario acometer. El PNV, por contra, cree que el vértigo de aparecer como partidos a la contra en plena crisis económica inclinará la balanza a su favor.
EL CORREO 01/03/13