DIARIO VASCO, 10/1/12
Gallardón recuerda que la ley sólo contempla medidas «individualizadas» con los presos. El ministro de Justicia afirma en Vitoria que la política penitenciaria del Ejecutivo «se basará en la legalidad»
La multitudinaria manifestación a favor de los derechos de los presos del sábado en Bilbao y los guiños posteriores del Gobierno Vasco y el PNV hacia una flexibilización de la política penitenciaria no han variado un ápice los planes del Gobierno de Rajoy, que tiene la intención de seguir a pies juntillas lo que dicta la ley en esta materia. No habrá indultos generalizados y todas las medidas que se adopten con los presos de ETA tendrán carácter individual. Además, para que los reclusos puedan acogerse a beneficios penitenciarios deberán pedir perdón y reparar a las víctimas.
El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, aprovechó ayer su discurso en la toma de posesión de Carlos Urquijo como delegado del Gobierno en el País Vasco para ofrecer la respuesta oficial del Ejecutivo a las reivindicaciones en torno a los presos de los últimos días. En ningún momento se refirió a los presos de ETA en particular, pero su mensaje genérico no dejó lugar a dudas: «El principio de legalidad de nuestra Constitución establece claramente la prohibición de los indultos generales, que es una forma de excluir la figura legal de la amnistía. Y establece también el carácter individualizado de cualquier medida. Las políticas penitenciarias del Gobierno se basarán siempre en la legalidad y, en consecuencia, exigirán una disposición individualizada de los presos acorde con los requerimientos normativos: petición de perdón y ánimo de reparación a las víctimas». Se refería al artículo 90 del Código Penal, que enuncia las condiciones para acogerse a la libertad condicional. A lo que no hizo referencia Gallardón fue a un posible acercamiento de los presos de ETA a cárceles vascas, una decisión política que no es un beneficio penitenciario como tal.
Gallardón anunció en la Delegación del Gobierno de Vitoria que «las víctimas estarán siempre en el núcleo de la política del Gobierno en el tratamiento de este asunto de vital importancia» y dijo que el Ejecutivo estará «vigilante para evitar que los mecanismos de la democracia sean empleados en su contra. Resulta vital para la salud moral de nuestra sociedad que impidamos la perversión de que el sufrimiento y el sacrificio de tantos inocentes sea falsificado por quienes intentan ahora reescribir la historia equiparando víctimas y verdugos».
«Violencia cruel y unilateral»
El ministro de Justicia apuntó que «Urquijo asume la responsabilidad de representar al Gobierno en el País Vasco por segunda vez y lo hace en unas condiciones diferentes a las del año 2004. La firmeza del Estado de Derecho y de la sociedad vasca y española ha forzado el desistimiento de sus crímenes, esperemos que de modo definitivo, de aquellos que intentaban imponer su modelo totalitario. Ahora es preciso que se cese de lo que no ha sido otra cosa que una violencia gratuita, cruel y unilateral, y se produzca la disolución de sus estructuras y el desarme total de quienes han tratado de esclavizar a los vascos y amedrentar a todos los españoles».
Aprovechando la presencia en el acto de representantes de la Justicia y de las Fuerzas de Seguridad, Gallardón aseguró que «no vamos a bajar la guardia. La protección de las libertades y derechos individuales y colectivos y de los principios constitucionales será constante». También agradeció la presencia de dirigentes del Ejecutivo vasco como la portavoz y consejera de Justicia, Idoia Mendia, y el consejero de Interior, Rodolfo Ares, y recordó que «la representación del Estado en el País Vasco no es exclusiva de la Delegación del Gobierno, sino que es, de manera muy especial, la que le corresponde directamente al lehendakari, el presidente del Gobierno Vasco, como representante ordinario del Estado». El ministro llamó a que cada institución «sirva a los ciudadanos en ejercicio de sus competencias, pero en coordinación y desde la idea de sumar esfuerzos, porque todos somos Estado».
Gallardón aseguró que «la Delegación del Gobierno en el País Vasco simboliza libertad, solidaridad, legalidad y los valores de pluralismo y tolerancia que han construido nuestro Estado de derecho». Dedicó elogios a la capacidad de Urquijo y le invitó a «trabajar para que el País Vasco no tenga más problemas que cualquier otra comunidad de España».
DIARIO VASCO, 10/1/12